Diego Molina y los matices que no tienen fin
Diego Molina y los matices que no tienen fin

“Es evidente: la pintura no se desliga del color. Pero en los últimos años me he dedicado a estudiarlo, conocer los puntos de vista y cómo se ha interpretado a través de la historia”, comenta Diego Molina.

En el 2012, el artista se sumergió en una investigación profunda –más que nada– en la teoría del color de Johann Wolfgang von Goethe, la cual consta de descripciones precisas del comportamiento del color. Así nació “Equilibrio cromático”, muestra individual que presenta en la galería WU en Barranco. La serie la complementa con un instalación y un video.

Este último estuvo a cargo de Diego Vizcarra y es el resultado de varios experimentos físicos de la pintura en una mesa de luz: el material se estira o se chorrea con un ritmo creado por Jorge Miranda. Dicho trabajo está inspirado en una poesía sonora de Jorge Eduardo Eielson.

Por su parte, sobre la muestra, Luis Alvarado escribe: “Molina desarrolla un camino de investigación personal. Su pintura busca ejemplificar dicha teoría del color, no es mero didactismo, sino más bien un punto de partida para ampliar sus propias posibilidades pictóricas. Entre lo figurativo y las reducciones abstractas geométricas y una obsesiva búsqueda de la complementariedad del color, Molina va redefiniendo su propio campo de acción: salir incluso del lienzo y de la misma pintura para hacer aparecer únicamente el color”.

CIUDAD NAUFRAGIO
Para encontrar variedad en cuanto a tonalidades, Molina no tuvo que ir lejos. Según cuenta, le bastó con observar atardeceres en Lima, una ciudad que, si bien se caracteriza por ser gris, tiene mucho que ofrecer. “Tener el horizonte tan cerca es un lujo”, agrega. Además, para Goethe es en una puesta de sol donde se puede apreciar el contraste de la luz y la oscuridad. “Decía que era el ejemplo perfecto”, comenta el artista.

Pero la naturaleza no fue la única inspiración. Molina también construyó una caja (una réplica) que hizo el pensador alemán para entender los colores: de un lado, al poner vidrios transparentes sobre un fondo blanco, se aprecia el naranja o amarillo. Al ponerlos sobre un fondo negro, se aprecia un tono azul.

De cierto modo, con su trabajo, Molina nos invita a apreciar aquello que percibimos en menos de un segundo. Nos muestra toda esa bella variedad que se descompone ante nuestros ojos.

MÁS INFORMACIÓN
¿Dónde? Galería WU. Dirección: Av. Sáenz Peña 129, Barranco.
Fecha: Hasta el 7 de agosto.
Entrada: Libre.

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