Fotógrafo retrató la belleza peruana en costa, sierra y selva - 9
Fotógrafo retrató la belleza peruana en costa, sierra y selva - 9

"La belleza es una emanación interior", reflexiona Yayo López, observando una y otra vez los rostros de sus retratadas. Mira a Emiliana, sus trenzas largas, su mirada profunda. Sentada casi sobre el suelo, frente a su cocina a leña, un rayo de luz la ilumina desde la ventana de su casa en la localidad de Mallkini, provincia de Azángaro (Puno). Él la recuerda: es tejedora, su esposo pastor; participan en un proyecto de mejoramiento genético en la zona alpaquera más grande del Perú. Yayo la vio y siguiendo su instinto la retrató. La encontró tan bella como a Romy Arce, a quien fotografió en Tarapoto, subida en su moto y con su perrito Leo dentro del bolso; tan hermosa como una niña de Vicos, en Huaraz; y tan atractiva como Mariquita Palma Nonones, la octogenaria chinchana que bailó en el video de "Lola".

"A través de la fotografía intento entender esta atracción inevitable e ineludible que tenemos como especie respecto al otro género", explica el fotógrafo peruano, que por años ha mantenido una relación estrecha con la belleza, desde sus trabajos en publicidad y moda, aunque su vena periodística también le aportó.

HISTORIAS DE MUJER
Bajo la curaduría de Jorge Villacorta, Yayo López se alista a exponer en la galería Delbarrio 32 retratos de mujeres, que ha fotografiado a lo largo de su carrera. Serán imágenes en tres formatos, todas impactantes, y que va más allá de ser meros retratos, según refiere su creador.

"Me he convertido en coleccionista de momentos, más que pensar en hacer una serie de retratos de mujeres. Porque he ido viajando y me he encontrado con una mujer y he dicho 'tengo que fotografiarla'. No he podido evitarlo".

Así ha sido desde los años noventa, siendo reportero gráfico de "El Comercio", cuando Yayo se interesó por el rostro de la mujer. Con su lente las captó en sus viajes y también en su día a día. En la procesión de la Virgen del Carmen enfocó su Nikon hacia el rostro de quien parece ser una devota y sacó su perfil, concentrada, implorando. Él ni se acercó a preguntar. Sí lo hizo en Chazuta, con una joven desenvuelta, que hablaba quechua, español e inglés; que quería ser guía como su padre y que además decía con orgullo que era la primera de su clase. "Tenía muchas cualidades que no vez a simple vista, pero que de alguna manera las exterioriza, y eso es lo que uno capta", explica.

No existen secretos en la técnica de quien se considera un retratista intuitivo. Ningún método particular, mucho menos efectos ni escenarios producidos. Una cámara Nikon y un lente de 50 mm han sido fundamentales para el trabajo de Yayo López. Su lente captura una mirada que lo dice todo y que es la ventana del alma.

"La relación que tú entablas con la persona que está frente de ti se queda como huella en esa foto. Solo busco que la persona que está delante de mí se sienta cómoda y sea realmente ella, se sienta bien consigo misma y proyecte la imagen de lo que es o quisiera ser en realidad", dice, porque a veces solo basta que alguien se acerque a fotografiarlas para que un sentimiento positivo emane y las empodere.

"Lo interesante es que la mayoría de veces que me he sentido atraído por alguien siempre ha tenido una historia de poder interesante", asegura, reafirmando el valor de aquello que llevamos en el interior, más allá de lo puramente físico.

Villacorta lo ha sentido así, por eso afirma: "He observado la conexión de Yayo con mujeres en cuya presencia se ve tocado por la manifestación de encanto y dignidad personales que ellas irradian". Y en esa línea, se redefine el concepto: "alcanzar la comprensión de una belleza que no sea la admirable perfección y simetría de rostros y cuerpos que se amoldan a la matriz igualadora de una juventud aparentemente dorada. La belleza como un vital encanto que ilumina lo físico desde el carácter de la mujer en cuestión, y que tiene que ver con la respuesta de ella a la existencia a partir de su ubicación en la pluralidad cultural y étnica de nuestro país”.

BELLEZA PRODUCIDA
Inevitable es hablar sobre la belleza plástica (aquella que el mercado promueve) con este fotógrafo que por años ha capturado las imágenes para incontables catálogos de publicidad para moda y cosmética.

"Me rijo por los criterios de venta y creo la ficción desde la manera más profesional posible. Estoy asociado con marcas que no usan a la mujer como objeto sexual ni publicitario y no hago cosas con las que éticamente no me siento cómodo", defiende, recordando cómo en sus tiempos de reportero gráfico lo molestaban cuando se oponía a tomar fotos de cueros, de mujeres objeto. "Pero sí me interesaba la fotografía erótica, encontrar una foto más personal que no sea para vender revistas. Las fronteras son bien difusas", reconoce.

Pero para Yayo el asunto va más allá. "El problema más profundo es que la publicidad es un reflejo de nuestra sociedad, y está llena de contenidos muy violentos psicológicamente, pidiéndoles a las chicas que sean lindas pero no de la manera en que ellas son, sino que les venden cómo deben ser: flacas, tener cierto tipo, vestirse de tal manera. Eso para mí es un gran problema", critica.

VISITA LA MUESTRA
Lugar: Galería Delbarrio.
Dirección: Calle Bernardino Cruz 148, Chorrillos.
Inauguración: jueves 11, 8 p.m.
Ingreso: Libre.

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