Richard Vevers muestra la decoloración del ecosistema de arrecifes en el documental “En busca del coral” (2018). (Foto: Netflix)
Richard Vevers muestra la decoloración del ecosistema de arrecifes en el documental “En busca del coral” (2018). (Foto: Netflix)
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Czar Gutiérrez

Paisajes espectaculares, naturaleza viva, lugares exóticos, costumbres singulares: desde “Tarzán de los monos” o “”, el cine ha hecho foco sobre el medio ambiente. Y más aún en forma de documental, capturando la relación entre el hombre y su entorno, defendiendo sus valores culturales y ahora, ante la emergencia planetaria, como militante activo en la lucha por el equilibrio ecológico.

Pródiga en películas que denuncian los desastres ambientales, la cinematografía última prefiere incidir directamente en la crisis climática global, que ha llegado a extremos inimaginables: inclusive si se cumplen los compromisos del Acuerdo de París, la temperatura media del planeta subiría 3,2 °C, siendo el límite 1,5. Lo cual, en buen cristiano, significa que el impacto destructivo a estas alturas ya sería inevitable.

En un planeta Tierra en su punto de no retorno –solo cinco países del G-20 han firmado el acuerdo de cero emisiones–, se acaba de inaugurar la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 25). Hemos alterado las conexiones cruciales para la existencia de la vida y de lo que hagamos ahora mismo dependerá nuestra subsistencia como especie. Y allí está el cine, otra vez, para advertir la emergencia.

“Chasing Ice” (2012)

Veinticuatro cámaras desplegadas en el hemisferio norte –desde el Parque Nacional Glacier, en Montana, hasta Alaska, Groenlandia e Islandia– tomaron fotos durante cuatro años para demostrar la reducción drástica y los cambios a gran escala del hielo en los glaciares. James Balog, aclamado fotógrafo de National Geographic, participa en este documental que hace un muestreo de los núcleos de hielo y crea un sofisticado sistema para que las cámaras tomen fotos una vez por hora a pesar de los vientos huracanados y a 40° bajo cero.

“Antes que sea tarde” (2015)

“Queríamos crear una película que diera a las personas un sentido de urgencia para resolver este problema. Abordamos la cuestión de un impuesto sobre el carbono, por ejemplo, que no he visto en muchos documentales”, dijo Leonardo DiCaprio, actor, mensajero de paz de las Naciones Unidas para el cambio climático y protagonista de este documental en el que viaja por el mundo investigando las consecuencias del calentamiento global y conversa con Elon Musk, el papa Francisco, Barack Obama y Ban Ki-moon acerca de las medidas para revertirlo. La banda sonora –compuesta por Gustavo Santaolalla, Trent Reznor, Atticus Ross y los escoceses de Mogwai– es igualmente imperdible.

“Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca” (2017)

“Hoy debería hacer 21 grados, pero hace un frío espantoso. Tanto hablar del calentamiento global, ¿dónde está? ¡Lo necesitamos!”, vocifera el presidente Donald Trump en perfecta oposición a los postulados de Al Gore, el exvicepresidente de Estados Unidos indoblegable en su tarea de concientizar a los ciudadanos del mundo sobre el calentamiento global. En esta secuela de “Una verdad muy incómoda”, el doblemente oscarizado filme que estrenó en el 2006, Gore enfatiza que el grito de la naturaleza es más profundo y contundente que el de los opositores. Y desde el ecran de Paramount persuade a los líderes mundiales para invertir en energía renovable.

“En busca del coral” (2018)

Richard Vevers es un publicista que dejó su trabajo para literalmente sumergirse en ese universo fascinante y casi extraterrestre que compone el ecosistema subacuático: los arrecifes de coral. Después de enterarse del peligro que corren estas estructuras subacuáticas, reúne a un grupo de camarógrafos y biólogos para dar cuenta de la decoloración de dichas especies, que están desapareciendo a un ritmo descontrolado.

“Nuestro planeta” (2019)

Uno de los documentales de ecología más potentes de todos los tiempos se inicia con un largo paneo de la costa peruana sobre los millones de aves que se congregan para aparearse y, muy de mañana, despegan desde sus colonias para pescar en uno de los mares más ricos del planeta. Una tormenta de cormoranes y piqueros sobre cardúmenes de anchoveta ofrecen un espectacular bombardeo a lo largo de la corriente de Humboldt, ese río oceánico que corre de sur a norte arrastrando el plancton nutricio. “Mundos congelados”, “Las selvas”, “Aguas costeras”, “Desde los desiertos a las praderas”, “Alta mar”, “Agua dulce” y “Los bosques” completan la primera temporada, todo un caleidoscopio que hace foco en el milagro de la vida y crea conciencia hacia la adopción de modelos compatibles con el crecimiento dentro de los límites que soporta nuestro planeta.


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