Cuatro divertidos animales prehistóricos intentarán ayudar a Sam a salir del Museo de Historia Natural en el que quedó encerrada, demostrando que la unión hace la fuerza.
Cuatro divertidos animales prehistóricos intentarán ayudar a Sam a salir del Museo de Historia Natural en el que quedó encerrada, demostrando que la unión hace la fuerza.
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Diana Mery Quiroz Galvan

¿Qué pasaría si un adulto queda atrapado, sin querer, dentro de un museo? Probablemente buscaría la manera de llamar a la seguridad del lugar, a los bomberos o hasta a la policía para poder salir. Pero para un niño y su insondable imaginación esta situación podría convertirse en una gran aventura. Esto es lo que ocurre con Sam, la protagonista de “Me quedé encerrada en el museo”, quien buscando esconderse de sus amigos Ariel y Noel decide entrar al Museo de Historia Natural de su ciudad. El lúdico relato escrito por Abraham Spak llega para celebrar, este 1 de abril, el Día Internacional del y Juvenil. Bajo el sello de Polifonía Editora la publicación bellamente ilustrada por Fabiola Anchorena invita a la interacción entre padres e hijos, tal como el personaje principal lo hace con los divertidos animales prehistóricos -el apatosaurio, el gigantopithecus, el mamut y el megadolón- que la ayudarán a superar el inconveniente en el que se encuentra.

"Hay libros que son capaces de hacer que el niño pida cada noche que este le sea leído. Eso es lo que a mí me gustaría que pasara, que sea una herramienta para crear lazos familiares a través de una lectura que puedan disfrutar todos juntos”.

Abraham Spak / escritor Sobre su segundo libro "Me quedé encerrada en el museo".

Lazos literarios

Este es el segundo de Spak, un ingeniero industrial peruano que radica en Londres y que incursionó en la literatura para dejarle un legado a sus hijos. “Hay libros -dice- que son capaces de hacer que el niño pida cada noche que este le sea leído. Eso es lo que a mí me gustaría que pasara con “Me quedé encerrada en el museo”, que sea una herramienta para crear lazos familiares a través de una lectura que puedan disfrutar todos juntos”. En realidad, esta narración es una continuación de “Mi patineta se atascó”, debut literario del autor. Los personajes que aparecen en ambos cuentos son los mismos, pero en el primero es Ariel el niño que vive increíbles peripecias. “Lo que quería era hacer una serie con estos personajes. Así que tomé algunas ideas de ese libro, como el hecho de partir de un problema que el protagonista debe resolver. La idea central es que la niña que quedó atrapada en el museo busque diferentes formas de salir de allí”. El escenario escogido permite, además de jugar con los personajes, aprender algunas características de los fabulosos seres que se extinguieron hace siglos.

Los autores del libro: el escritor Abraham Spak y la ilustradora Fabiola Anchorena.
Los autores del libro: el escritor Abraham Spak y la ilustradora Fabiola Anchorena.
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Para Anchorena convertir en imágenes las palabras de Spak implicó tomar como referencia más de un museo de historia natural del mundo. “Cuando me llegó el proyecto yo había regresado de Argentina. Allí, en La Plata, hay un museo muy bonito, así que me puse a revisar las fotos que había tomado. Luego vi por internet museos de Nueva York y de París”, recuerda la ilustradora. El interior del museo, por su parte, se basa en una de las tantas galerías de Londres, un guiño a la ciudad que acoge al escritor del libro. El parque que aparece en el cuento también está inspirado en los jardines y áreas verdes que abundan en la capital de Inglaterra.

Además de demostrar valores como la solidaridad, el cuento ayuda a los más pequeños a conocer de manera lúdica las características de los animales que se extinguieron hace siglos.
Además de demostrar valores como la solidaridad, el cuento ayuda a los más pequeños a conocer de manera lúdica las características de los animales que se extinguieron hace siglos.
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Un punto singular de la escritura de esta didáctica publicación es que el diálogo que se produce entre Sam y los animales prehistóricos está escrito en rima. El porqué de su uso tiene una explicación. “Creo que la rima ayuda a que lo repetitivo no canse. Es un recurso para darle más ritmo y musicalidad a la constante repetición que la niña hace del problema que la aqueja. Crea también una expectativa sobre la acción que viene después y las frases que se van a usar para contarlo”, sostiene Spak. Sin duda este instrumento literario despierta el ingenio infantil y ayuda a que el mensaje principal de la obra, ese que nos dice que unidos somos capaces de superar cualquier obstáculo, llegue con más fuerza.

Más información
"Me quedé encerrada en el museo"

Se presenta en la Librería Lupas (calle Lord Cochrane 298, San Isidro). Este sábado 1 de abril, a las 11:30 a.m. También se llevará a cabo el taller “El Misterio de los Fósiles”. Inscripciones en info@lupas.pe. Al día siguiente, desde las 4 p.m. en La Casita del Sapo (Av. Santa Cruz 1109, Miraflores) la ilustradora Fabiola Anchorena intervendrá la vitrina de la librería infantil del local y habrá firma de ejemplares.



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