A sus 29 años, Padilla se reconoce activista a favor de los derechos de los afrodescendientes. (Foto: difusión)
A sus 29 años, Padilla se reconoce activista a favor de los derechos de los afrodescendientes. (Foto: difusión)

Con "Negra", suma tres obras en las que toma al toro por las astas y lleva a discusión las situaciones que afrontan los afrodescendientes en Lima, desde insultos en las calles, comentarios racistas hasta trato desigual. Pero a diferencia de las anteriores –"Estrella negra" (2014) y "Lucha Reyes" (2018) –, ahora la actriz compartirá su testimonio personal. Ella subirá esta noche a las tablas de la Universidad del Pacífico para desnudar sus temores y alegrías. No lo hará sola: la actriz Mayra Nájar también la acompaña en escena y seguirá el mismo camino.

—¿Cuándo decidiste que debías hablar de este tema?
Cuando me empezó a doler. Si bien en el colegio me molestaban y no la pasaba bien, entendía que era algo normal. Hasta que empecé con la carrera de actuación, y tuve que salir de San Martín de Porres e ir al Centro de Lima, siguiendo un recorrido que me hizo ser consciente de la violencia que existe en las calles. Allí me di cuenta de que estaba mal, que me jodía y que me hacía daño, así que quise hablar de ello. Al principio no encontraba textos que me permitieran explorar ese lado, hasta que conocí “Estrella negra”.

—¿Y crees que la situación ha mejorado?
No ha cambiado mucho. En todo caso, creo que en los últimos 50 años la discriminación racial ha mutado. Con todo el diálogo que hay al respecto ya no es políticamente correcto ser racista y por ello la gente, de alguna u otra forma, se frena, pero no quiere decir que haya tomado conciencia del problema. Ahora la discriminación ha dejado la esfera pública para ir a la privada, a lo caleta. Antes se veía en programas de televisión como "Trampolín a la fama".

—¿Cómo explicar que un comediante haga un 'black-face' para imitar a Jefferson Farfán?
Es lo que yo me pregunto. Si bien la lucha no es de ahorita sino de hace mucho y es un tema que se debate tanto, es alucinante ver que sucede ese tipo de cosas aquí y en otras partes del mundo. Creo que no hemos tomado conciencia de nada.

(Foto: USI)
(Foto: USI)

—¿Sientes que el fútbol valida el racismo?
Sí, totalmente. Lo que más nos hace falta como comunidad son referentes positivos, personas a las que podamos admirar y con quienes nos identifiquemos. Lo más cercano a ello son los futbolistas, sobre todo ahora con el Mundial, pero es lamentable cómo ellos no tienen una opinión sobre el tema. ¡Imagínate si Farfán hablara al respecto! ¡Sería super-potente! Sin embargo, eso no sucede y se sigue cayendo en lo mismo. En las últimas semanas pasaron dos eventos de discriminación y agresión: el chiste de Tapia, quien comparó a Ramos con un maniquí negro, y un programa de televisión que hizo un reportaje sobre cómo hacer que los futbolistas se vean mejor. Ante todo eso, ellos no hicieron ningún comentario. Ellos, que tienen mayor llegada, naturalizan y normalizan estas situaciones.

—En TV Perú hay una periodista afro y acabas de aparecer en la película "Soltera codiciada". ¿Cómo interpretas eso?
Siento que definitivamente hay un cambio ligero y ese es el problema, que podría ser más profundo. Desde la dramaturgia, por ejemplo, creo que somos cobardes o limitados mentalmente porque no imaginamos un Hamlet amazónico, andino o negro, o porque no concebimos que alguien de esas comunidades pueda interpretar a un alto ejecutivo o un millonario. Es algo que nos han enseñado y no hay forma de salir de ello, entonces, para que no digan que no somos inclusivos, pongo a una conductora afro en mi programa porque hay que ser inclusivos.

—Hay quienes consideran que no se debe de hablar de música negra sino de afroperuana. ¿Tú qué opinas?
​Si bien creo que el término podría ser otro, pienso que es interesante llamarla de esa forma porque así se hace evidente el aporte que la comunidad afroperuana le ha dado al país.

—"Negra" trata de entender lo que significa esa palabra para ti. Hasta ahora, ¿qué conclusiones has sacado?
Todavía sigo en búsqueda. Es una palabra que me causa muchas contradicciones porque mi familia la naturalizó desde una posición de amor y de cariño, pero históricamente ha sido instalada de una forma violenta, agresiva y despectiva.

—En una entrevista dijiste que "vivías como si tuvieses un micrófono contigo permanentemente". ¿Qué tal difícil es llevar una vida así?
No lo es tanto porque mi activismo es algo que me toca todas las fibras y me mueve de todos lados. Es, más bien, una necesidad. Dije eso porque pienso en el hecho de no callar, en tener una voz antes cualquier situación que nos reprime. A mí me hacían bromas y yo sonreía y ahora he decidido que no lo voy a hacer, aunque aprendí a no gastar energía con gente que no va a entender.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: teatro de la U. del Pacífico (Jr. Sánchez Cerro 2121, Jesús María).
Temporada: desde hoy hasta el lunes 25, 8:30 p.m.
Entradas: Teleticket.

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