
Si estás pensando en cambiar la cerveza tradicional por una versión sin alcohol, es importante que leas bien las etiquetas. Aunque parezcan una opción más saludable, un nuevo estudio advierte que muchas de estas cervezas no son tan buenas para la salud como se cree, incluso si estás intentando reducir el consumo de alcohol.
Las ventas de cerveza sin alcohol están en auge y podrían convertirse en la segunda categoría más popular del mundo este año, según el análisis de la consultora IWSR citado por el New York Post; sin embargo, un grupo de científicos quiso saber qué efectos reales tiene este producto en el cuerpo. Para ello, dividieron a 44 hombres jóvenes y saludables en dos grupos: uno tomó dos cervezas sin alcohol al día, y el otro solo agua, durante cuatro semanas.
Durante ese tiempo, los investigadores monitorearon sus niveles de azúcar en sangre, colesterol, función hepática, grasa corporal y microbiota intestinal. Los resultados fueron preocupantes: los hombres que bebieron cerveza sin alcohol mostraron aumentos en azúcar, insulina y grasas en sangre, todas asociadas a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

Los tipos de cerveza que más afectaron fueron las de trigo sin alcohol y aquellas mezcladas con bebidas como soda de naranja o limón. Las cervezas tipo Pilsner sin alcohol tuvieron un impacto menor. Los investigadores atribuyen estos efectos al alto contenido calórico y de azúcar de estas bebidas, que pueden favorecer el aumento de peso y enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
Aunque no tienen alcohol, estas cervezas suelen contener casi las mismas calorías que una cerveza tradicional. Esto se debe a que tienen más del doble de carbohidratos, la mayoría en forma de azúcar, que se agrega para mejorar el sabor una vez eliminado el alcohol. Por ejemplo, una lata de Coors Light tiene solo 0.3 gramos de azúcar, mientras que su versión sin alcohol, Coors Edge, tiene 4 gramos.
Es importante señalar que no todas las cervezas sin alcohol son iguales. Un análisis de 2025 realizado por la empresa Hims señaló que algunas marcas como Suntory, Guinness y BrewDog ofrecen opciones más saludables, con menos calorías, carbohidratos y sin azúcares añadidos.

Este tipo de alternativas son cada vez más populares, especialmente entre los jóvenes. Según una encuesta de Gallup, solo el 62% de los adultos menores de 35 años dicen beber alcohol, frente al 72% de hace veinte años.
Incluso con el azúcar extra que contienen algunas versiones sin alcohol, los expertos coinciden en que reducir el consumo de alcohol siempre es positivo.

“Beber demasiado en poco tiempo puede causar deshidratación, problemas de coordinación y malas decisiones”, explicó la nutricionista deportiva Amy Stephens.
A largo plazo, el consumo excesivo puede provocar enfermedades graves como daño hepático, problemas cardíacos o deterioro cognitivo.











