Londres. Y bueno, ¿ahora todos somos Charlie?
"Yo soy Charlie" fue el lema que recorrió el planeta a raíz del mortífero atentado contra la publicación satírica francesa Charlie Hebdo. El original en francés, "Je suis Charlie", se ha desplegado en carteles, en grafiti y fue compartido millones de veces en los medios sociales.
Sin embargo, pronto hubo una respuesta: "Je ne suis pas Charlie" —Yo no soy Charlie— cuando la tragedia provocó un debate sobre la libre expresión y sus límites y si siempre debe ejercerse el derecho a ofender a alguien.
Para muchos libertarios civiles, el tema es claro. Charlie Hebdo había publicado caricaturas groseras y de mal gusto que se burlaban de todos: el Papa, los políticos y el profeta Mahoma. La revista considerada su misión impugnar tabúes y vacas sagradas. La mejor forma de rendir homenaje a los 12 masacrados y defender la libertad de expresión era imprimir de nuevo las caricaturas.
El grupo Índice de Censura publicó en internet una selección de caricaturas de Charlie Hebdo y exhortó a otras publicaciones y portales de internet a seguir su ejemplo, "para mostrar que no se debe permitir que el temor sofoque la libertad de expresión". El historiador Timothy Garton Ash dijo que si los periódicos no publicaban las caricaturas "los asesinaos habrán ganado".
Algunos portales de internet y periódicos imprimieron las caricaturas de Mahoma, pero muchos, especialmente en Estados Unidos y Gran Bretaña, no lo hicieron, alegando que ello infringía normas editoriales contra ofender a sabiendas.
The Associated Press ha decidido no publicar las imágenes, explicando, en parte, que "la AP hace un esfuerzo por no ofrecer imágenes y acciones dirigidas a burlarse o provocar a personas sobre la base de razones religiosas, raciales o de orientación sexual... Aunque publicamos muchas fotos que son política o socialmente provocadoras, son áreas muy cercanas a expresiones y acciones de intolerancia en que creemos que lo correcto es tener cautela".
Alan Rusbridger, director del diario británico Guardian, dijo: "Defendemos completamente la ética y los valores de Charlie Hebdo y el derecho a ofender en la forma que ellos lo hicieron".
Sin embargo, agregó: "hay muchas caricaturas ofensivas que el Guardian nunca publicaría en situaciones normales" y sería erróneo cambiar en respuesta al terrorismo.
Otros señalan que en todas las sociedades la libertad de expresión tiene límites.
En Francia, varias personas han sido arrestadas esta semana por glorificar los asesinatos en los medios sociales. Incluso defensores a ultranza de la libertad de expresión quizás se alarmen de saber que #Jesuiskouachi —que se identifica con los hermanos que realizaron el ataque a Charlie Hebdo— es ya un hashtag en Twitter.
¿Qué opinas, somos Charlie?
Fuente: AP