Durante los últimos días Corea del Norte ha estado enviando numerosos panfletos colgados de globos de helio hacia su vecino y rival, Corea del Sur. La práctica no es inusual en la frontera, pues activistas de ambos lados de la frontera han enviado panfletos en direcciones contrarias durante décadas.
Pero el gobierno de Pyongyang no había recurrido a la práctica durante años, hasta que la decisión de Seúl de volver a encender unos poderosos parlantes en la frontera los motivó a retomar los globos de helio.
Pero el corresponsal de la BBC en Corea del Sur, Kevin Kim, pudo conseguir algunas muestras. Y los panfletos pueden ayudar a entender un poco mejor al gobierno de Pyongyang y la relación entre las dos Coreas.
"Los eslóganes son muy directos. No estoy seguro si un alto oficial lo dicta y otra persona toma nota pero parecen espontáneos y carecen de sutileza", explica Kim.
"Son típicamente norcoreanos en el tipo de lenguaje que uno encuentra en sus medios y en su propaganda, hasta en detalles como los colores y la calidad del papel que usan", agrega.
Según Kim, los panfletos que los activistas surcoreanos envían hacia el norte son más sutiles. Algunos abordan la historia familiar de Kim Jong-un (el líder norcoreano) y, en el norte, hablar sobre la "familia real" es un tabú que puede terminar con una condena de cárcel.
Así que esto alimenta la curiosidad que el pueblo pueda tener sobre su líder.
Los norcoreanos, por su parte, han manifestado sexismo y racismo en el pasado.
Kim recuerda que han tildado de prostituta a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, y publicado imágenes que muestran al presidente de EE.UU., Barack Obama, como un mono.
"Otro panfleto que lanzaron hacia Corea del sur tenía una caricatura de la señora Park en un bikini rojo siendo arrojada a un tacho de basura como 'escoria humana2", recuerda el corresponsal de la BBC.
"Pero la mayoría de los surcoreanos no los toma muy en serio, teniendo en cuenta que es una sociedad democrática expuesta a varios puntos de vista políticos", dice.
Corea del Sur encendió su potente panel de altoparlante después de que Pyongyang anunció haber realizado una prueba con una bomba de hidrógeno, a principios de mes. Y aunque el norte tiene sus propios altoparlantes, estos son tan débiles y poco nítidos que ni las tropas en la frontera pueden oírlos.
Corea del Sur está en una posición de intensificar la situación y está considerando reinstalar unas lámparas gigantes en la frontera para proyectar mensajes así como amplias pantallas de video.
Por lo pronto, los mensajes norcoreanos van claramente dirigidos a los civiles surcoreanos, quienes tienen la mayor probabilidad de encontrarlos. Pero la estrategia también se presta a algunos imprevistos.
El auto de un hombre se averió después de que un saco entero de panfletos le cayera encima, mientras que un activista que envía sus propios panfletos en la dirección contraria encontró uno en su jardín.
Y aunque hay quienes critican a la presidenta surcoreana, pues creen que se debería hacer más para tender lazos hacia el norte, la mayoría de los habitantes de Corea del Sur no parecen particularmente interesados por lo que hace su vecino.
"Aun después del comunicado sobre la prueba atómica, la gente continuó con su rutina diaria. No hubo compras de pánico ni caídas en la bolsa de valores", recuerda Kim.
"La gente prácticamente ignora los panfletos y tienen cosas más importantes de qué ocuparse en sus vidas", concluye.