París (EFE)
Las autoridades francesas comenzaron hoy los controles sanitarios a los pasajeros de los vuelos procedentes de Guinea Conakry, los únicos directos a la capital francesa desde un país afectado por el virus del Ébola.
Un equipo médico situado en la pasarela de bajada del avión procedente de Guinea Conakry tomó hoy la temperatura de las entre 150 y 200 personas que viajaban en ese vuelo, con la ayuda de un termómetro de infrarrojos, que evita el contacto físico.
De momento, el Ejecutivo galo no contempla la puesta en marcha de controles sanitarios a pasajeros de países afectados y que hayan efectuado alguna escala antes de su llegada a Francia.
Los pasajeros de este primer vuelo, que aterrizó en el aeropuerto de Charles de Gaulle-Roissy a las 05.55 hora local (10 p.m. del viernes), tuvieron que rellenar también una ficha detallada, para poder ser contactados en caso de que sea necesario.
En la terminal, su opinión coincidía en que el control había sido rápido y en que se había desarrollado sin problemas: "Es mejor que cerrar las fronteras", afirmaba una de esas pasajeras en los micrófonos de la cadena "BFM TV".
Este viernes, sindicatos del personal de vuelo de la aerolínea Air France solicitaron la anulación de los vuelos a Guinea Conakry, ante el temor, en su opinión, de un "riesgo grave de propagación de la epidemia".
También ayer, el Gobierno galo recordó que no hay ningún caso confirmado de ébola en el país, pero destacó que "el sistema sanitario está alerta para detectar lo más rápido posible y encargarse en las mejores condiciones de cualquier persona afectada".
La aplicación de estos controles en el aeropuerto fue anunciada este miércoles por el presidente francés, François Hollande, tras una conversación con sus homólogos de EE.UU., Alemania, Reino Unido e Italia, en la que París también aseguró que va a construir nuevos centros de tratamiento contra la enfermedad en Guinea Conakry.
Según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia de ébola que afecta a Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona ha infectado a unas 9.000 personas, de las cuales unas 4.000 han fallecido.