(Foto de archivo: Reuters)
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Redacción EC

Un alemán de 50 años aceptó haber cometido un contra una menor de edad, pero se librará de la cárcel gracias aun acuerdo al que llegó con la fiscalía de Mallorca, . Fue condenado a tres años y siete meses de prisión, pero la pena será suspendida con la condición de que asista a un curso de educación sexual y pague una multa de seis euros diarios durante 12 meses, entre otras condiciones acordadas entre las partes.

Una niña de 12 años invitaba a sus amigas de la misma edad a su casa para cenar y tener pijamadas. Todo parecía normal hasta que el padre de la anfitriona ofrecía una bebida que terminaba adormeciendo a la visita para que él hiciera de las suyas. Esto se repitió a lo largo de dos años con diversas menores de edad, hasta que una niña lo vio mientras cometía un abuso sexual contra ella.

La niña debería haber caído dopada producto de la mezcla de un somnífero (Dormidina) y un disolvente químico que contiene butirolactona, una vez ingerido todo esto se convierte en GHB, un compuesto conocido como éxtasis líquido. Una droga muy usada por abusadores sexuales, ya que produce la pérdida total de conciencia de la víctima y tiene una vida corta en el organismo por lo que es difícil de hallar en muestras de orina pasadas las 24 horas.

Sucedió el pasado 23 de julio de 2013, cuando tras haber administrado la droga en la cena el hombre se aproximó a la habitación donde dormían las niñas. Fue directamente a la cama de su víctima confiado de su inconsciencia, se sentó a su lado y le levantó la parte superior del pijama para empezar a manosear sus pechos. Fue en ese preciso instante, producto del tacto que la menor se despertó y lo sorprendió en el acto por lo que él se fue de la habitación apresuradamente.

El hombre fue denunciado ante la Guardia Civil, quienes pusieron una investigación en marcha. Las pesquisas terminaron el 17 de setiembre, fecha en la que el acusado --que no tiene antecedentes penales-- fue detenido pero un días después fue puesto en libertad.

La acusación no precisa el número de niñas que fueron dopadas por el hombre, ni mucho menos cuántas fueron víctimas de abuso sexual por parte del alemán.

Sin embargo, la fiscalía detalla que la menor que lo acusó de abuso sexual requirió de tratamiento psicológico desde aquel entonces, ella presenta episodios de ansiedad y angustia, así como baja autoestima e inseguridad.

El pasado 17 de diciembre, el hombre fue citado por la Audiencia Provincial de Palma, en Mallorca. En esta sesión fue condenado a tres años y siete meses de prisión por drogar a niñas y abusar sexualmente de una de ellas durante el verano de 2013.

Fue ahí que el perpetrador reconoció su culpa ante el tribunal. Señaló que sedaba a las menores cuando se quedaban a dormir en ocasiones en el domicilio familiar en 2012 y 2013. Para ello les ofrecía una bebida que él mismo había preparado como postre durante la cena con los fármacos mencionados.

Por lo tanto, además de haber aceptado el abuso sexual, el hombre acepta haber tenido pleno conocimiento del peligro al que exponía a las menores al suministrarles la potente droga.

Así fue como el germano se declaró autor de un delito continuado contra la salud pública y otro de abuso sexual. Por ambos, inicialmente, se pedía una pena de siete años de prisión. Pero fueron consideradas varias circunstancias atenuantes: la reparación del daño por parte del acusado, al haber pagado una indemnización, y la de dilaciones indebidas, ya que los hechos se remontan a 2012 y 2013.

"Me gustaría que le comunicaran a la perjudicada que me siento profundamente apenado, lo siento muchísimo", expresó el acusado durante la audiencia, según recoge el "Diario de Mallorca".

Además de la pena carcelaria que no cumplirá, el alemán aceptó una multa de 6 euros diarios por 12 meses, la inhabilitación de un año para ejercer una profesión o industria relacionada con el suministro de sustancias farmacológicas y la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con la víctima y su familia durante los próximos diez años. Al culminar la condena, el acusado deberá cumplir también la medida de libertad vigilada durante cinco años.

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