Tras meses de liderar las encuestas y ser el máximo protagonista de la campaña republicana, Donald Trump pasó ocho días en el segundo lugar al ser superado por Ted Cruz en Iowa en el arranque de la carrera hacia la Casa Blanca.
Durante horas, su cuenta de Twitter quedó en silencio, como si le hubiera costado asumir que ya no era el líder.
Pero este martes triunfó en la segunda cita de las primarias, en New Hampshire. Es su primera victoria, que lo confirma como uno de los favoritos para ser el candidato republicano a recuperar la Casa Blanca, que lleva ocho años habitada por el demócrata Barack Obama.
Trump ha sabido explotar los temores de los electores estadounidenses.
Trump recuperó la voz en Twitter para acusar a Cruz de "fraude" en Iowa. Luego, se dedicó a hacer campaña en New Hampshire, donde su discurso contra el sistema político tradicional tuvo más éxito.
Según una encuesta a pie de urna de la cadena de televisión ABC en New Hampshire, la mitad de los republicanos aseguraron estar buscando un candidato "fuera del sistema". Y esa es la baza que juegan Cruz, ganador en Iowa y tercero este martes, y el propio Trump.
Sobre todo Trump ha basado su campaña en el miedo, una tendencia de la política estadounidense que se remonta a una época muy lejana, según Michael Goldfarb, periodista estadounidense y autor de "Emancipation: How Liberating Europe's Jews from the Ghetto Led to Revolution and Renaissance" ("Emancipación: Cómo liberar del gueto a los judíos de Europa condujo a la revolución y el renacimiento").
"Tiene posibilidades de ganar"
El temor y el rechazo a los políticos tradicionales alimentan a Trump, un candidato en el que al principio pocos creían y que ahora, con su primera victoria, puede empezar a confirmarse como un aspirante real.
"A pesar de que durante mucho tiempo los expertos estaban de acuerdo en que Donald Trump no tenía ninguna posibilidad, seguramente va a estar allí durante mucho tiempo y seguro que tiene posibilidades de ganar la nominación (republicana)", dijo a la BBC Norman Ornstein, investigador político del American Enterprise Institute.
Por otro lado, Robert Schlesinger, editor de opinión de U.S. News & World Report, cree que al final Trump caerá precisamente por no ser parte de la elite política. "Nunca un gran partido en Estados Unidos nominó a alguien con tan poca experiencia como Trump", dijo el experto a la BBC.
Su heterodoxa campaña, caracterizada por una presencia continua en medios tradicionales y redes sociales y por duros enfentamientos, por el momento está dando resultado, aunque la carrera hacia la Casa Blanca es larga.
Los simpatizantes de Trump fueron a las urnas para hacerlo ganar en New Hampshire.
El triunfo primero de Cruz y ahora de Trump confirma que los republicanos, de momento, prefieren a dos personas que presumen de no ser parte del sistema político y de lo que representa Washington.
Trump es un multimillonario que nunca hasta ahora había expresado demasiado interés en entrar en política y que hasta hace cuatro año ni siquiera estaba registrado como republicano.
Mientras, Jeb Bush y John Kasich se disputan el papel de candidato más moderado y con un perfil político más tradicional.
McCain, Romney ¿y Trump?
Y aunque queda mucho, el triunfo en New Hampshire tradicionalmente suele ser significativo para los aspirantes republicanos. En 2008, se impuso John McCain y en 2012, Mitt Romney. Ambos finalmente fueron los nominados del partido, aunque luego perdieron el día de la elección ante Barack Obama.
El magnate recupera ahora el momento que cedió durante unos días a Cruz. El 20 de febrero tendrá una nueva prueba en Carolina del Sur. Y precisamente allí vivió una anécdota ilustrativa el autor Michael Goldfarb.
El escritor le contó a la BBC cómo conoció a un hombre llamado Robert Sandifer, educado y adinerado de unos 70 años, se había retirado a una hermosa isla al sur de Charleston, uno de los lugares más bonitos de Estados Unidos.
"Trump ha infundido esperanza en la gente", le dijo Sandifer a Goldfarb. "¿Esperanza? A mí me suena a desesperación", le replicó el escritor.
Sandifer cortésmente estuvo en desacuerdo: "Si él hace lo que dice que va a hacer, todos tendríamos menos miedo", afirmó el simpatizante del magnate.
Y agregó: "Todos sentimos mucho temor del gobierno federal".