El testigo que vio a Petra Laszlo patear a refugiados
El testigo que vio a Petra Laszlo patear a refugiados

no era la única periodista que registraba la huida de los refugiados en Roszke, Hungría, el día que fue grabada pateando y zancadilleando a varios migrantes cerca de la frontera serbia.

Otros reporteros estaban en el lugar al momento del incidente. Uno de ellos fue Olmo Calvo, reportero del diario español "El Mundo", quien narró los hechos paso a paso.

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(Foto: India Video / Via index.indavideo.hu

“Otros compañeros y yo, como cada día, nos levantamos temprano para ir a la frontera. Cuando llegamos había cientos de personas abarrotando el terreno, donde las autoridades húngaras retienen a los refugiados cuando entran al país. Había gente despierta, desayunando o guardando sus cosas en mochilas, y otras aun durmiendo dentro de tiendas de campaña o enfundada en sacos y mantas esparcidas por el suelo”, escribió el testigo.

El lugar por el que caminaba con su cámara estaba lleno de basura y restos de hogueras.

Alrededor de 300 policías húngaros estaban desplegados en el lugar.

Un hombre sirio se acercó a él y le dijo: “Odio Hungría. Son unos animales” e inmediatamente se marchó.

Era la 1:30 p.m. y la tensión continuaba latente. Cientos de refugiados avanzaron a la línea de policías que cerraba el campamento por la parte de atrás y los agentes utilizaron 'sprays' de pimienta para frenarlos, pero la mayoría se fue entre las plantaciones de girasoles y maíz.

La multitud continuaba con su escape. En un momento, frente a Calvo apareció un hombre que corría con un niño abrazado a su cuello e intentaba escapar de los policías.

“Me dio tiempo a acercarme mientras les seguía con la mirada. Éramos muchos periodistas y yo intentaba encuadrar sin que saliésemos ninguno de nosotros. Veía a varios justo detrás de mí y quería esperar para hacer la foto", relató.

"Fue entonces cuando vi cómo cayeron enfrente de mí. Me quedé paralizado durante un segundo pensando si había visto a la mujer rubia que llevaba la cámara (hacerle tropezar al refugiado) o me lo había imaginado. No podía creérmelo. El hombre y el niño se levantaron de inmediato y continuaron su carrera. Yo reaccioné e hice algunas fotos y les seguí junto a algunos policías. Les hice muchas fotos después, mientras los agentes detenían su camino”, contó.

Horas más tarde, cuando el testigo hablaba con otros periodistas se dio cuenta que las agresiones de Laszlo no eran parte de su imaginación y con las noticias comprobó que todo era real.

“Sí, a veces nuestro trabajo sirve para algo, para visibilizar cosas que si no permanecerían ocultas. Aunque sólo sean pequeñas chispas en la noche, merece la pena, porque si no la oscuridad sería absoluta”, termina su nota.

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