Redacción EC

Sídney [AFP]. La marina de comenzó este viernes la evacuación de cientos de personas bloqueadas en una ciudad del sudeste rodeada por el fuego, entre temores de que este fin de semana empeore la situación de los incendios forestales.

El buque "HMAS Choules" atracó en un muelle de la ciudad de Mallacoota, en el estado de Victoria, y las familias subieron a bordo, a veces con sus mascotas y algunas pertenencias. Algunos habitantes se habían refugiado en la playa durante Nochevieja para protegerse de las llamas.

“Se espera que 1.000 personas hayan sido evacuadas de la zona esta tarde”, declaró el primer ministro australiano Scott Morrison.

Al menos 20 personas han muerto, decenas están desaparecidas y más de 1.300 casas han quedado reducidas a cenizas desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre. Ha ardido una superficie equivalente al doble de Bélgica.

Se pronostica un aumento de las temperaturas el sábado, por encima de los 40 °C. Las autoridades han declarado el estado de emergencia en el sudeste del país, la región más poblada de la isla continente.

Miles de turistas y habitantes han recibido la orden de abandonar las regiones más expuestas en una zona de alrededor de 300 kilómetros a lo largo de la costa, lo que ha provocado enormes atascos en las carreteras que conducen a Sídney y a Camberra.

El ministro de Transportes del estado de Nueva Gales del Sur, Andrew Constance, lo ha calificado de “operación de evacuación más importante jamás lanzada en la región”.

“Muy nerviosos”

Al norte de la ciudad de Nowra, las familias esperaban en vehículos que prácticamente no avanzaban, cargados con bicicletas o tablas de surf.

Aviones militares también han lanzado alimentos en zonas aisladas.

El primer ministro de Victoria, Dan Andrews, precisó que también lanzaron teléfonos satelitales, además de agua y equipos de emergencia.

En el estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por los incendios que arden desde la primavera austral. (EFE)
En el estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por los incendios que arden desde la primavera austral. (EFE)
/ DELWP GIPPSLAND HANDOUT

El primer ministro de centroderecha, muy criticado por haberse ido de vacaciones a Hawái en diciembre cuando el país era pasto de las llamas y por no actuar contra el cambio climático, volvió a ser blanco de las críticas, esta vez por la forma en la que gestiona la crisis.

En la ciudad de Cobargo, Morrison fue abucheado, en particular por una joven madre que lloraba y un bombero voluntario que se negó a estrecharle la mano. Volvió al convoy bajo los insultos.

“Usted no tendrá nuestros votos, amigo”, gritó un habitante. “Es injusto. Nos han olvidado completamente aquí”, se quejó una mujer.

“La gente está enfadada, han perdido mucho, están nerviosos”, reconoció el primer ministro. “Entiendo completamente cómo se sienten. No me lo tomo como algo personal”, agregó.

Los incendios forestales, muy feroces este año, también tienen un impacto en las principales ciudades australianas.

Melbourne y Sídney todavía respiran humo tóxico y el torneo internacional de tenis de Camberra tuvo que ser trasladado a Bendigo (Victoria).