Redacción EC

Por algunos tiempos, que son con intermisión de algunos años, brama este monte con espantoso y continuado estruendo, á la manera de grandes truenos y retumbos de tierra, con ruido tan estupendo y temeroso, que parece que en esta ciudad de Goathemala corren por debajo de tierra muchas carrozas disparadas y libres de su gobierno (sic)”. De esa forma describía en 1690, , el historiador y poeta nacido en la entonces Capitanía General de , Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, una erupción del volcán Pacaya. El mismo que hoy, más de 300 años más tarde, tiene en alerta al país centroamericano.

MIRA: Volcanes Fuego y Pacaya causan caída de ceniza en 20 comunidades de Guatemala

Aunque antigua, la narración de Fuentes y Guzmán no es el primer registro que se tiene sobre el imponente monte volcánico. Líneas más abajo, en su misma obra, el autor señala: “reventó este monte, con grande ruina de esta ciudad y sus contornos, la última vez en nuestros tiempos, el año de 1565 (sic)”. Dicha explosión afectó gravemente a la ciudad de Santiago de los Caballeros, actualmente conocida como Antigua Guatemala, y según la leyenda los pobladores solo se pudieron salvar tras encomendarse a San Sebastián.

Ubicado en el municipio de San Vicente Pacaya, a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital guatemalteca, se estima que el volcán de 2.500 metros de altura erupcionó por primera vez hace 23 mil años. Sin embargo, los primeros registros sobre su actividad llegarían recién durante la colonización española.

En 1963, fue declarado parque nacional y suele ser uno de los destinos preferidos para turistas locales y extranjeros, debido principalmente a la facilidad con la que se puede alcanzar la cima.

Además de Fuentes y Guzmán, el historiador español Domingo Juarros, considerado uno de los más imparciales y precisos de la época colonial, también documentó la actividad volcánica en su obra “”.

En dichas crónicas, Juarros explica por ejemplo que San Sebastián se nombró patrón de Guatemala tras “recios temblores de tierra” registrados en 1565, estos habrían sido producto de la fuerte erupción del Pacaya.

Sin embargo, la primera referencia que hace a un volcán data del 27 de diciembre de 1581. “Fueron en estremo atribulados los moradores de Guatemala; porque habiendo comenzado á arrojar fuego el volcan, este dia fué tanta la ceniza que despidió sobre la Ciudad (de Guatemala), que se oscureció el sol y fué necesario encender velas al medio dia (sic)”.

Durante dicho relato, Juarros no nombra específicamente al volcán Pacaya, por lo que pese a ser altamente probable sería arriesgado afirmarlo en un país que cuenta con 32 estructuras geológicas de este tipo. Recién el 11 de julio de 1775, el historiador fue testigo de la erupción del Pacaya en plena madrugada. Esta, según documentó, no produjo ruido sino solo levantó una espesa nube de ceniza a través de la meseta ubicada al sur de la montaña.

El manuscrito "Croquis del Bolcán de Pacaya en el Reino de Guathemala, y terrenos adiaccentes (sic)", documenta la erupción de 1775. Su autor es desconocido, pero actualmente es conservado por la Real Academia de la Historia, en Madrid.
El manuscrito "Croquis del Bolcán de Pacaya en el Reino de Guathemala, y terrenos adiaccentes (sic)", documenta la erupción de 1775. Su autor es desconocido, pero actualmente es conservado por la Real Academia de la Historia, en Madrid.

Periodo inactivo y “la Virgen”

Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh), el lanzamiento de cenizas de 1775 .

Desde la época colonial hasta la fecha se estima que el Pacaya ha erupcionado 23 veces, sin contar la actual, iniciada el miércoles y aún activa. Tras la intensa actividad registrada durante la invasión española, el volcán no erupcionó durante cerca de un siglo, entre 1880 y 1965.

Entre el 11 de julio y mediados de agosto de 1965, el volcán formó dos cráteres desde los que escurría lava, además de arrojar cenizas y gases, detalla el Insivumeh.

Dos décadas más tarde se registró uno de los capítulos más famosos en torno a este volcán. Tal como demostraron las narraciones de Juarros y de Fuentes y Guzmán, la población guatemalteca vinculaba a los fenómenos naturales -especialmente los que están ligados a la actividad volcánica- con castigos divinos. Para contrarrestarlos, además, optaban por realizar diversas ceremonias de fe, como procesiones o ruegos a santos católicos.

Por ello, no debería sorprender que en 1987 una nueva erupción se vinculara a una representación católica. El 21 de enero de ese año el Pacaya había entrado en erupción afectando a los municipios de Amatitlán y Santa Elena Barillas, según registros del Insivumeh. Cuatro días más tarde, nueva actividad volcánica arrojaba cenizas sobre El Caracol, El Rodeo y El Patrocinio, obligando a sus autoridades a evacuar dichas aldeas. Fue durante este último evento cuando diversos testigos aseguran haber visto la imagen de la Virgen María formándose en la nube de cenizas. Desde entonces, el episodio fue bautizado como “la erupción de la Virgen del Volcán”.

En horas de la noche, desde la capital era posible ver cómo la nube de humo, ceniza y arena se había ensanchado debido al viento”, escribió sobre ese episodio , en un artículo acompañado por la portada que se publicó ese día y la foto de lo que los creyentes consideraban la imagen de la virgen.

Portada de "Prensa Libre" publicada el 26 de enero de 1985, un día después de la que es conocida como la erupción de la Virgen del Volcán, bautizada de esa forma luego de que los creyentes católicos aseguraran haber visto la silueta de la Virgen María en la columna de cenizas. (Foto: Hemeroteca del diario "Prensa Libre" de Guatemala)
Portada de "Prensa Libre" publicada el 26 de enero de 1985, un día después de la que es conocida como la erupción de la Virgen del Volcán, bautizada de esa forma luego de que los creyentes católicos aseguraran haber visto la silueta de la Virgen María en la columna de cenizas. (Foto: Hemeroteca del diario "Prensa Libre" de Guatemala)

Desde entonces, si bien el volcán ha continuado activo, solo se registraron dos grandes erupciones: la de mayo del 2010, que causó la muerte de dos personas y el cierre del Aeropuerto Internacional La Aurora durante cinco días; y la de marzo del 2014, en la que se registraron explosiones de hasta 100 metros de altura.

Desde el último miércoles, se ha registrado actividad en el volcán que dura desde 15 minutos hasta 13 horas. El Insivumeh detalla que el Pacaya mantiene columnas de cenizas, tanto gruesa como fina. La primera afecta a los poblados ubicados a 4 kilómetros a la redonda, mientras que la segunda tiene un alcance de hasta 60 kilómetros.

Además, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) evalúa evacuar preventivamente a las poblaciones que se encuentren dentro de 6 kilómetros a la redonda del volcán.

VIDEO RECOMENDADO

TE PUEDE INTERESAR