El creciente tráfico de heroína por la frontera de México y Estados Unidos es un "desafío" para ambos países, reconoció este jueves el subsecretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, durante una visita a la capital mexicana.
Estados Unidos, el mayor consumidor de drogas en el mundo, "tiene la responsabilidad de trabajar del lado de la demanda", mientras que México debe hacer lo propio del lado de la oferta, "desde el cultivo (de amapola) hasta la producción y el tráfico", señaló el funcionario en una conferencia de prensa.
Blinken viajó a México el miércoles para una visita de dos días, en la que se entrevistó con los ministros mexicanos de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong; Economía, Ildefonso Guajardo; y Relaciones Exteriores, José Antonio Meade.
"La heroína es un desafío para ambos (países). Debemos trabajar juntos para resolverlo, y eso fue parte de las conversaciones que tuve ayer" con los ministros mexicanos, explicó.
El alza del consumo de heroína en Estados Unidos se debe en gran parte al estricto control en la prescripción de medicamentos opioides en ese país, de acuerdo con la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).
Este organismo de Naciones Unidas advierte en su último reporte que adictos a los opiáceos recurren cada vez más a la heroína, más fácil de obtener y más barata que los opioides de venta con receta.
Este fenómeno, aunado al avance de la legalización de la marihuana en Estados Unidos, está dando un giro a la dinámica de tráfico de drogas desde México, donde están proliferando los cultivos de amapola en detrimento de los de marihuana apuntando hacia el mercado estadounidense de heroína, que en 2010 generó unos 27.000 millones de dólares, según estimaciones oficiales.
Tan sólo en la región de Tierra Caliente en Guerrero (sur), donde en septiembre pasado desaparecieron 43 estudiantes a manos de policías coludidos con narcotraficantes, se incrementó "casi en 300%" la producción de amapola en los últimos cinco años, dijo recientemente a la AFP Javier Oliva, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
México es el principal país de tránsito de drogas hacia territorio estadounidense al compartir una frontera de más de 3.000 kilómetros, por la que también permean de forma ilegal hacia el sur armas y dinero producto del narcotráfico.
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