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Hoy flanqueada por los últimos presidentes demócratas de Estados Unidos que fueron reelectos para un segundo mandato, Hillary Clinton aparece en la recta final de la carrera a la Casa Blanca contra Donald Trump defendiendo la continuidad de su partido en el gobierno; sin embargo, la ex secretaria de Estado fue en un momento republicana.
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Era 1968 y Hillary Diane Rodham, líder de las Juventudes Republicanas en el Wellesley College, no imaginaba que terminaría casada con el dos veces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton (1993-2001), ni que sería secretaria de Estado del primer presidente afroamericano del país, Barack Obama (2009), a quien busca suceder en la Casa Blanca.
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Hillary Clinton, quien ya había participado activamente en la campaña del republicano Barry Goldwater en 1964, acudió cuatro años después a la Convención Nacional Republicana en apoyo al gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller.
El evento de 1968 se desarrolló en el hotel Fontainebleau de Miami Beach. Por ese entonces gobernaba Estados Unidos el demócrata Lyndon B. Johnson, quien asumió el mando tras el asesinato de John F. Kennedy.
En su autobiografía Living History, Hillary Clinton comenta que la Convención Republicana le pareció “irreal y desconcertante”. “Fue mi primer acercamiento a la política de verdad”, asegura. La joven estudiante saludó en ese evento a Frank Sinatra y bajó en el ascensor con John Wayne, “que se quejó todo el trayecto hacia abajo de la mala comida que había arriba”.
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Sin embargo, Hillary Clinton acabó desilusionada del Partido Republicano, al que también pertenecía su padre, un veterano de la Segunda Guerra Mundial. A la joven no le gustó cómo trataban a Rockefeller ni el ascenso de su rival, Richard Nixon, quien terminó ganando las presidenciales.
Hillary Clinton fue sacudida por la noticia del asesinato de Martin Luther King Jr. Y desde entonces dejó las filas republicanas.
En 1969, ingresó a la facultad de derecho de Yale y conoció a Bill Clinton, con quien se reencontró tras un breve paso en 1974 por Washington. Paradójicamente, Hillary había participado en la comisión que investigó el escándalo de Watergate, la revelación que sumada a la crisis del petróleo llevó a dimitir a Richard Nixon.
La actual candidata demócrata signa una frase en su libro sobre esta experiencia política: “A veces pienso que no dejé el partido republicano, sino que él me dejó a mí”.
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