Redacción EC

Chicago se ha convertido en la tierra prometida para los indocumentados con problemas renales, que en otras regiones de Estados Unidos no son atendidos por su estatus migratorio y en esta ciudad consiguen diálisis y trasplantes gratuitos de riñón.

Organizaciones religiosas y comunitarias, como Latinos por la Salud y la Misión de Vida, Fe y Esperanza, han recibido pedidos de ayuda de personas llegadas de estados vecinos como Wisconsin y Minnesota, mientras que otras viajaron mucho más lejos, como Georgia, Nueva York, Washington y Texas.

"Todos llegan con la esperanza de salvar sus vidas con un trasplante", declaró a Efe el pastor José Landaverde, cuya lucha para que los indocumentados reciban tratamiento gratuito en los hospitales de Illinois trascendió las fronteras estatales y alentó a muchos necesitados.

Uno de ellos es la salvadoreña Marta Lidia Morán Rosales, de 23 años, quien vio un reportaje por televisión sobre una huelga de hambre encabezada por el religioso y desde entonces comenzó a interesarse en el tema.

Sola y sin familia en Nueva York, donde recibía tratamiento de diálisis tres veces por semana, llamó a hospitales de Chicago y se informó de que trataban a gente sin seguro médico o documentos migratorios en regla.

Marta dijo que en la clínica donde era atendida había muchos jóvenes como ella, "sin esperanza", por lo que decidió aventurarse en una ciudad desconocida y con la ayuda de salvadoreños oriundos de su pueblo, Metapán, que la acogieron.

La joven, que ha estado en tratamiento de diálisis desde los 15 años, logró con la ayuda de la Misión de Vida, Fe y Esperanza, que encabeza Landaverde, que el hospital Rush examine su caso y ahora es optimista porque han surgido dos posibles donantes.

En una reunión realizada este domingo en la iglesia Ministerios de Generación del Reino en Fuego de Glenwood, Illinois, un grupo de pastores de diferentes iglesias resolvió unirse para orar por los enfermos que necesitan trasplantes y reclamar un mayor apoyo político y de los hospitales del estado.

La Asamblea Legislativa de Illinois aprobó en octubre pasado una ley que proporciona fondos para realizar trasplantes a indocumentados, la primera de su tipo en Estados Unidos.

En el programa estatal de diálisis hay inscritos casi 700 indocumentados y, en el caso de trasplantes, la American Kidney Foundation coloca en la lista de espera a quienes consiguen donantes compatibles. 

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