Una nueva ola de frío ártico y nieve tiñó de blanco el noreste de EE.UU., donde ciudades como Nueva York y Washington registraron caídas históricas de nieve acumulada en un solo día, una situación que obligó a cerrar las oficinas del Gobierno federal, escuelas, y cancelar más de 3.000 vuelos.
Después de que la tormenta "Hércules" hiciera descender las temperaturas a mínimas récord a principios de año, el noreste del país vivió hoy una jornada de nieve intensa que dejó a miles de trabajadores y estudiantes en casa y convirtió los transportes en una pesadilla.
Las condiciones meteorológicas obligaron a declarar la situación de emergencia en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Delaware, mientras que áreas de Pensilvania, Maryland, Virginia y Virginia Occidental permanecen en alerta.
El icónico Central Park de Nueva York terminó cubierto con la más alta manta de nieve de su historia formada en una sola jornada (19,3 centímetros), cifra que supera el récord del 2001, cuando se alcanzaron los 15,2 centímetros.
Los meteorólogos pronostican que la nieve cese a lo largo de la jornada de mañana, pero no será hasta el viernes cuando remita la ola de frío, que en los próximos días dejará temperaturas bajo cero.
Si hoy fue un día peligroso para los transportes por carretera, mañana se espera que lo sea aún más, porque la nieve y el frío extremo dejarán las vías cubiertas por una peligrosa capa de hielo, además de que se registrarán fuertes y gélidos vientos.
Vuelos retrasados o cancelados
Para este miércoles, unos 900 vuelos están ya bajo previsión de eventuales cancelaciones o retrasos, después de que hoy más de 3.000 fueran suspendidos y casi 6.000 no pudieran despegar a la hora prevista.
El temporal trastocó también la agenda del propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que se vio obligado a retrasar sus reuniones programadas para este martes, según informó la Casa Blanca, donde hoy se canceló la rueda de prensa diaria de su portavoz, Jay Carney.
El mal tiempo también robó protagonismo al personaje del día en EE.UU., el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, que se quedó sin poder celebrar la fiesta de inauguración de su segundo mandato, prevista en la isla de Ellis, frente a Nueva York.