Sobrinos de Maduro acusan de "borrachos" a informantes de DEA
Sobrinos de Maduro acusan de "borrachos" a informantes de DEA

Los informantes que el gobierno estadounidense usó para investigar a los sobrinos de la primera dama venezolana consumían y traficaban drogas y contrataban a prostitutas mientras eran pagados miles de dólares por la , dijeron el jueves los abogados de los sobrinos, quienes están acusados de asociación delictiva para traficar cocaína a Estados Unidos.

Durante una audiencia de seis horas en la corte federal de Manhattan, los abogados de los sobrinos Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas describieron a los dos informantes como "borrachos", "mentirosos" y poco confiables. Ambos informantes, a los que no se identificó por su nombre, se encuentran presos tras haber confesado que traficaron drogas durante años.

Sandalio González, un agente de la Administración para el Control de Drogas que testificó en la audiencia, admitió que al menos uno de los informantes era poco confiable.

Durante su largo testimonio, González dio una imagen del gobierno venezolano como protector o cómplice del tráfico de drogas. El agente dijo que los sobrinos de la primera dama Cilia Flores eran traficantes de drogas de alto rango que decían que aviones llenos de drogas podrían usar la rampa presidencial en el aeropuerto de Caracas.

Campo y Flores se han declarado inocentes ante cargos de asociación delictiva para importar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos. Los venezolanos, de 29 y 30 años, respectivamente, se encuentran detenidos en Nueva York desde noviembre.

Una solicitud de respuesta enviada al gobierno venezolano por Associated Press no fue respondida de forma inmediata el jueves.

El caso es similar a otros que la justicia estadounidense lleva a cabo en contra de altos funcionarios venezolanos a los que acusa de tráfico de drogas en un momento en que las revueltas políticas y económicas van en aumento en el país latinoamericano.

González explicó el jueves que la investigación de los sobrinos empezó cuando agentes estadounidenses que investigaban otros casos oyeron que Campo y Flores también estaban metidos en el negocio de la droga. Los esfuerzos para capturarlos empezaron el año pasado, cuando otro informante identificado como "CW-1" o "El sentado" porque usaba silla de ruedas dio una pista a la DEA, dijo González.

"A principios de octubre, dijo que un funcionario venezolano con el nombre de Bladimir Flores iba a enviar a sus sobrinos a Honduras a reunirse con CW-1", testificó González.

Bladimir Flores fue nombrado inspector general de la policía científica en 2014.

Durante la audiencia, los abogados Randall Jackson y David Rody, que defienden a los sobrinos, argumentaron de forma agresiva que la investigación del gobierno estadounidense estuvo plagada de errores de procedimiento y que estuvo basada en información poco fiable lograda a través de informantes que son criminales.

En un momento dado Rody dijo que la DEA hacía pagos de 10.000 dólares a los informantes para cubrir sus gastos, incluyendo hoteles y comida.

"¿Y usted no sabe si el dinero fue usado para drogas o prostitutas?", preguntó a González.

El agente dijo después que, según sus informantes, fueron los sobrinos los que pagaron por las prostitutas. González también admitió que los informantes hacían comentarios racistas y con referencias sexuales hacia la primera dama venezolana.

Durante la audiencia se mostraron varias fotografías, incluidas dos de los acusados tras su arresto en Haití, justo antes de subir al avión que les llevó a Nueva York.

Cilia Flores, a quien el presidente venezolano Nicolás Maduro llama la "primera combatiente", es uno de los miebros más influyentes del gobierno socialista de Venezuela.

Fuente: AP

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