¿Por qué España va a elecciones por segunda vez en el 2019? (Foto: Reuters)
¿Por qué España va a elecciones por segunda vez en el 2019? (Foto: Reuters)
/ JON NAZCA
Yolanda Vaccaro

La fragmentación del espacio político, con la irrupción de nuevos partidos, un Congreso sin mayorías absolutas y la falta de liderazgo político para pactar han imposibilitado un gobierno estable, y que hoy los tengan que ir a las urnas por cuarta vez en cuatro años.

Mariano Rajoy, que había gobernado con mayoría absoluta al frente del Partido Popular (PP) desde el 2011, ganó los comicios del 2015 con mayoría simple. Por no conseguir el apoyo mayoritario del Congreso, Rajoy convocó nuevamente elecciones, celebradas en junio del 2016. Volvió a ganar el PP y obtuvo mayor número de escaños. A pesar de no tener mayoría absoluta, Rajoy pudo ser investido presidente del Gobierno gracias a la abstención del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

No obstante, este mandato se vio acortado drásticamente cuando, en junio del 2018, el PSOE, bajo el mando de Pedro Sánchez, desbancó a Rajoy mediante una moción de censura. Sánchez se convirtió así en el primer presidente español sin elecciones generales.

Sin embargo, Sánchez no pudo acabar la correspondiente legislatura porque, con solo 84 de los 350 diputados en el Congreso, el PSOE fue incapaz de lograr respaldo para aprobar los presupuestos generales del 2019, y convocó nuevas elecciones para el pasado abril.

El PSOE ganó por fin estos últimos comicios pero con mayoría simple, tal como venía ocurriendo con el PP desde el 2015. Desde entonces, Sánchez ha intentado formar gobierno pero no ha logrado apoyos para ser investido. Por ello, hoy se realizarán nuevas elecciones.

—Empate técnico—

Las encuestas coinciden en que el triunfador del domingo será el PSOE. Y también en que esta victoria será, otra vez, con mayoría simple. Según cálculos del diario “El País”, el PSOE lograría el 27% de los votos, seguido del PP (21%), Unidas Podemos, UP (12,3%), Vox (12,8%), Ciudadanos (9%) y Más País (4%).

Desde que nacieron los partidos de la llamada ‘nueva política’ (Vox, de extrema derecha; Ciudadanos, de centroderecha; Más País, de izquierda; y UP, de extrema izquierda), más que determinar qué partido ganará, encuestas y analistas suman los resultados de los partidos por sus tendencias ideológicas y los dividen en bloques de derecha e izquierda. En este contexto, las encuestas confieren un empate técnico entre ambos. En cualquier caso, decidirá el resultado ese 40% de indecisos que determinará a última hora el sentido de su voto.

De izquierda a derecha, Pablo Casado, líder del Partido Popular (PP); Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España; Santiago Abascal, líder del partido Vox; Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos; y Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en un debate electoral en Madrid, España, el lunes 4 de noviembre. (AFP / PIERRE-PHILIPPE MARCOU).
De izquierda a derecha, Pablo Casado, líder del Partido Popular (PP); Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España; Santiago Abascal, líder del partido Vox; Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos; y Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en un debate electoral en Madrid, España, el lunes 4 de noviembre. (AFP / PIERRE-PHILIPPE MARCOU).
/ PIERRE-PHILIPPE MARCOU

— El factor catalán—

Estos comicios, asimismo, se realizarán bajo el aliento de la reciente sentencia a los dirigentes del fallido intento de secesión en Cataluña, con condenas que llegan a los 13 años de cárcel.

Ante las violentas manifestaciones de independentistas disgustados con la sentencia, las autoridades han ordenado un dispositivo especial de seguridad para la jornada electoral con 12.500 agentes desplegados.

En lo que respecta al resultado, las encuestas señalan que en el resto de España se ven favorecidos los partidos que defienden con mayor ahínco la unidad de España. Así, Vox lograría duplicar su número de escaños y el conservador PP sacaría un 33% más de votos que en las elecciones anteriores.

—¿Repetición? —

Si ningún partido logra mayoría absoluta, lo más importante serán los pactos posteriores. Estas elecciones se han convocado porque el PSOE y UP fueron incapaces de lograr un acuerdo, y porque ni PP ni Ciudadanos rehusaron abstenerse para la investidura de Sánchez. La escasa diferencia de votos que auguran los sondeos entre ambos bloques (derecha e izquierda) puede derivar en escenarios muy difíciles de pronosticar. Lo más predecible es que, nuevamente, el rey Felipe de nuevo pida formar gobierno a Sánchez, pero que este vuelva a fracasar en el intento.

La posibilidad de volver a repetir los comicios es rechazada por los dirigentes políticos ante el cansancio de un electorado que parece empachado de elecciones con resultados demasiado apretados. Pero esta realidad no se puede descartar si se mantienen las actuales posiciones.

La legislación actual, basada en la Constitución de 1978, obliga a que la investidura del jefe del Gobierno se logre con mayores votos a favor que en contra en la correspondiente sesión en el Congreso. Algo que ha colocado a España en una especie de bucle de repeticiones electorales que empieza a antojarse surrealista.

AFP.
AFP.

ENTREVISTA

“Los personalismos han causado esta inestabilidad”

Manuel Sánchez de Diego, profesor de Derecho de la Información de la Universidad Complutense de Madrid

—¿Qué ejemplo da España celebrando cuatro elecciones generales en menos de cuatro años? ¿De democracia o inestabilidad?

Es la propia democracia la que ha roto el bipartidismo y dificulta el nombramiento de un presidente del Gobierno. Pero la incapacidad de los líderes políticos de llegar a acuerdos de gobierno o a pactos de Estado y sus personalismos son las causas de la actual inestabilidad.

—¿Cómo enmarca estas elecciones en el contexto de la crisis independentista catalana?

El proceso secesionista ha sido pilotado desde las propias instituciones del gobierno catalán. Los partidos nacionalistas apoyaron la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al poder en el 2018, y sus votos pueden ser esenciales en un futuro proceso de investidura. Esto hace que el PSOE sea sumamente cauto para adoptar medidas frente a quienes promueven y emplean la violencia en Cataluña. Los partidos de derecha proponen una intervención eficaz en Cataluña y esta posición puede reportarles beneficios electorales, al menos en otras zonas de España.

—¿Qué resultados pronostica?

Con siete millones de indecisos es muy difícil pronosticar un resultado. Seguramente el PSOE obtendrá una victoria insuficiente. La segunda fuerza política será el PP, pero con dificultad para obtener diputados en Cataluña y el País Vasco. La extrema izquierda puede estar representada no solo por los partidos nacionalistas de izquierda, también por Unidas Podemos y Más País. La extrema derecha (Vox) posiblemente mejore sus resultados a costa de Ciudadanos y del PP. Ciudadanos en el centro, al que todas las encuestas le pronostican una fuerte caída, es posible que al final sorprenda con mejores resultados.

—¿Qué ganador o pacto posterior conviene económicamente a España?

Un gobierno de concentración nacional en el que participe el PP, Ciudadanos y el PSOE sería la mejor solución para desarrollar una segunda transición política y promover el desarrollo económico.

—¿Por qué se ha fragmentado tanto el espectro político español? ¿Cree que es el fin real del bipartidismo?

La corrupción en los dos grandes partidos (PP y PSOE), la desilusión de una parte de su electorado que los ve como estructuras políticas que son un fin en sí mismos, y la falta de compromiso de los dirigentes políticos con ideales propios de cada partido, son algunas de las razones. El PSOE y PP han elegido a nuevos líderes que deben contentar a las estructuras del propio partido y, por otro, deben presentarse como renovadores ante los votantes. Son políticos que han crecido dentro del propio partido, con escasa o nula experiencia en el mundo de la economía real, pero que disponen de un importante “músculo político” a su disposición que favorece el bipartidismo. Los vientos soplan a favor del bipartidismo pero sin llegar a la situación de tiempos pasados.

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