Diego Trelles (Lima, 1977) jamás pensó que la angustia que solía invadirlo de niño, cada vez que estallaba un coche bomba en el Perú, volvería a sentirla en París, la ciudad donde uno no se imagina que el horror pueda existir.
Doctor en Literatura hispanoamericana y autor de media decena de títulos –el último, Bioy (2012), ganador y finalista de varios premios-, Trelles grafica la atmósfera de los momentos iniciales y posteriores a los ataques del ISIS en París. Él estaba esa noche en un concierto de la banda peruana Novalima.
“Nadie sabía nada hasta que las pantallas de los teléfonos empezaron a alumbrarse y el festejo de los danzantes se apagó de golpe.
Una amiga peruana llamó y, con la voz adolorida, preguntó si estábamos bien. Dijo: ‘Vayan con cuidado, vuelvan pronto, no salgan, enciérrense, es algo horrible, hay heridos y muertos en las aceras’. ¿Dónde? En el Estadio de Francia. En un concierto de rock. En las terrazas del canal Saint Martin. En una pizzería. En los bulevares. En donde menos los esperas. En todos lados. Una caravana de la muerte”.
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