Se inició en una panadería en las primeras horas del 2 de setiembre de 1666 y, para cuando lograron extinguir el fuego al cabo de cuatro días, la mayor parte de había quedado hecha un cúmulo de ruinas y cenizas.


Lo llamaron el “Gran incendio de Londres”. Y ahora, 350 años después, los londinenses recordaron la tragedia quemando sobre el Támesis una réplica de la ciudad en madera tal y como era cuando fue devorada por llamas.

Una multitud se congregó en la ribera sur del río para ver arder a esta estructura de 120 metros de largo.

La réplica fue diseñada por el artista estadounidense David Best.

El incendio del siglo XVII acabó con más de 13.000 casas y edificaciones (la mayoría construidas con madera), incluida la antigua catedral de San Pablo.

Tras el siniestro, se empezó a utilizar más la piedra –en remplazo de la madera- como material de construcción.

También se estableció un servicio de bomberos organizado y tomó forma la industria de seguros.

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