Tres de los principales dirigentes de la Unión Europea, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Jean-Claude Juncker, estaban reunidos el martes en París con el presidente chino, Xi Jinping, para presentarle una imagen europea unida ante las grandes cuestiones mundiales.
La víspera, tras un encuentro entre el presidente francés y su homólogo chino, Macron pidió "una fuerte asociación Europa-China, definida sobre unas bases claras, exigentes y ambiciosas", instando a una Europa "unida" alrededor de "una estrategia coherente en el diálogo con China".
En el Palacio del Elíseo, Macron recibió este martes primero a la canciller alemana, luego al presidente de la Comisión Europea, y, al final, simbólicamente los tres dirigentes saludaron al mandatario chino ante numerosos periodistas.
El objetivo de este encuentro, que precede a la próxima cumbre entre la UE y China el 9 de abril en Bruselas, es, por una parte, posicionarse como interlocutor creíble frente a China para canalizar sus ambiciones económicas y diplomáticas, y por otra parte, intentar unificar una Europa dividida ante Pekín.
"Se tiene que reforzar la unidad de los europeos respecto a las grandes potencias, como China o Estados Unidos. Para ello, (es necesario) trabajar en el marco del eje franco-alemán y de la UE", resume una fuente del palacio presidencial francés, añadiendo que también se tiene que "construir con China una agenda positiva, especialmente sobre el clima".
La UE se siente acorralada entre la visión contractual en las relaciones internacionales del presidente estadounidense Donald Trump y la expansión china, protagonizada por su proyecto sobre las "nuevas rutas de la seda" y sus inversiones masivas en todo el mundo y en Europa.
"El mundo atraviesa mutaciones inéditas: China, Francia y Europa están todas en un momento crucial de su desarrollo", estimó por su parte el lunes Xi Jinping, en el primer día de su visita a Francia, tras pasar por Italia y Mónaco.
Visión bilateral
Desde la llegada de Trump al poder, a Xi Jinping le gusta presentarse como un actor clásico en la concordia entre naciones.
Sin embargo, su proyecto de infraestructuras de transporte hacia Occidente, sus visión muy bilateral, negociando con cada país, y sus inversiones en activos estratégicos, preocupan y dividen a Europa, donde China ha invertido unos 145.000 millones de euros desde 2010.
"Europa necesita rápido una estrategia para China", advirtió el domingo el comisario europeo alemán, Gunther Oettinger. "En Italia y en otros países europeos, infraestructuras de una importancia estratégica como las redes eléctricas, las líneas ferroviarias de gran velocidad o los puertos no están en manos europeas sino chinas", advirtió.
"Si algunos países creen poder hacer buenos negocios con los chinos, se sorprenderán cuando se den cuanta de que se han vuelto dependientes" de ellos, alertó por su parte el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas.
Pekín no obstante asegura que sus inversiones en los países Europeos son favorables a la unidad de la Unión.
"China siempre respaldará la integración europea y su desarrollo", aseguró Xi.
Agencia AFP