(Foto: EFE)
(Foto: EFE)
Redacción EC

. Once príncipes fueron detenidos el 7 de enero por llevar a cabo una protesta en uno de los palacios reales de Riad. Ellos pedían que se anule un decreto que les exige pagar desde ahora los recibos de la luz y del agua, poniendo fin a un viejo privilegio.

Este hecho se produce menos de dos meses después de que el Príncipe Heredero Mohamed bin Salman ordenara la detención de otros once príncipes acusados de delitos de corrupción económica.

En Arabia Saudí, los presupuestos del Estado son los mismos que los de la realeza.

Se estima que en este país hay entre 5.000 y 15.000 príncipes y princesas, descendientes del fundador de la dinastía. Así que el común de los mortales prefiere referirse a los Saud como la "Casa de los 7.000 príncipes".

“Solo un estadio de fútbol podría albergar a todos los miembros de la familia Saud”, escribió en 2009 un diplomático norteamericano, según reportó el diario The New York Times.

Las ventajas económicas para un príncipe comienzan con el primer hijo y van en progresivo ascenso. Ante la caída del precio del petroleo y la crisis económica, la monarquía absoluta saudí decidió recurrir a los recortes sociales y anunció reformas liberales para atraer inversiones extranjeras. Sin embargo, por ahora, el esquema de enriquecimiento de los príncipes no ha sido modificado.

WikiLeaks filtró que diplomáticos norteamericanos indicaron en 1996 que todo saudí que nace emparentado con el florido árbol genealógico de los Saud gozan de diversos beneficios. En aquella época, los parientes más lejanos recibían 800 dólares mensuales y los hijos Abdulaziz ibn Saud, 270.000 dólares. Los nietos recibían, por su parte, 27.000 dólares mensuales, los bisnietos unos 13.000 dólares, y los tataranietos 8.000.

Además, la Oficina de Decisiones y Reglas del Ministerio de Finanzas ofrece también un bono por matrimonio y por palacio. El informe de WikiLeaks reveló también que el mantenimiento de los Saud costaba entonces 2.000 millones de dólares anuales, dentro de un presupuesto que ese año ascendió a los 40.000 millones.

Otro de los privilegios de los Saud está relacionado con el parasitismo bancario. Los príncipes tienen una tendencia marcada a pedir créditos y no devolverlos.

Un alto ejecutivo de un banco saudí comentó al embajador norteamericano en que su país el estamento principesco está divido en tres tercios: El superior es tan rico que nunca necesita pedir crédito. El intermedio está constituido por los familiares que poseen fortunas medias, a las que se exige disponer de cuentas que avalen el préstamo. Y el tercer estamento es el que constituye la “lista negra bancaria”, a la que no se da crédito por ser malos pagadores.

De todos los privilegios que rodean a la casta de los Saud quizá el más grotesco es el que les concede el sistema de patronazgo de trabajadores extranjeros, cerca de diez millones, es decir, alrededor de un tercio de la población de Arabia Saudí. Cada trabajador está obligado a pagar a su entre 30 y 150 dólares mensuales.

Según el informe filtrado por Wikileaks "es habitual que un príncipe patrocine a un centenar de extranjeros, o incluso más", lo que le proporciona un excelente viático para los ingresos fijos mensuales sin mover un dedo.

Fuente: Agencias

Contenido sugerido

Contenido GEC