El asesinato de Alcibiades Libreros Varela, fiscal 96 Especializado contra el Crimen Organizado de Cali, Colombia, está rodeado de interrogantes sobre sus móviles, pero sus allegados creen que se le desprotegió ante lo riesgos por los procesos que seguía sobre bandas criminales.
El presidente Iván Duque levantó la voz de “rechazo ante los crueles asesinos que le quitaron la vida al Fiscal. Que quede claro que ni esa muerte canalla, ruin, vil, ni ninguna otra que se perpetre contra el pueblo colombiano quedará en la impunidad, Aquí están las Fuerzas Militares y de Policía unidas para defender a Colombia y también está la justicia para hacer respetar a Colombia”.
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La gobernadora Dilian Francisca Toro rechazó el crimen y las autoridades anunciaron una recompensa de 50 millones de pesos (US$15.000) por los responsables.
Pasado el mediodía del domingo 29 de diciembre, el fiscal Alcibiades Libreros Varela salió de su casa y se dirigía a cumplir una de esas citas familiares en la que pasaba momentos felices. Una merienda con alimentos típicos de casa.
Libreros era casado y padre de dos hijos. En esas reuniones se encontraba muchas veces con sus tres hermanos. “Me había dicho que venía y que quería conversar un rato conmigo”, recuerda Carmenza Libreros, una periodista reconocida por sus propuestas de comunicación y por la lucha para prevenir el cáncer.
Pero así como era de afectuoso con su familia, era de comprometido y valeroso por la justicia desde su cargo de fiscal 96 especializado en la Dirección Nacional contra el Crimen Organizado de la Seccional Cali.
Abogado egresado de la universidad Santiago de Cali, Libreros estaba vinculado a la Fiscalía desde 1992 y, según el propio organismo de investigación, “se caracterizó como uno de los fiscales que persiguió el crimen organizado y el narcotráfico, en especial a los grupos de sicarios del Distrito de Aguablanca. Ese trabajo fue reconocido por las autoridades municipales”.
Pero a la hora del crimen iba solo en el vehículo. Paró en el semáforo de la calle Quinta con carrera 66, uno de esos cruces que han sido escenario de sicariatos y atracos en el sur de la capital del Valle.
Un video muestra cómo después de correr unos 30 metros, un joven delgado se acercó, desde atrás, a la ventanilla del pasajero del carro del fiscal. Pasaron 22 segundos en los que el hombre mete parte del cuerpo en el carro y descarga su arma de fuego. Unas versiones hablan de un presunto forcejeo y que el agresor se apodera de algo al meter parte de su cuerpo a la cabina.
Pero allegados advierten que el homicida usó su arma en repetidas ocasiones en esos segundos. Libreros recibió cinco impactos, uno en la frente, dos en el abdomen, uno en una mano y otra en el codo derecho. El semáforo cambió cuando estaba ocurriendo el ataque y la mayoría se van del sitio.
El atacante corre y se monta en la parrilla de una motocicleta Cripton, en la que se van en contra del tráfico. Su huida deja las interrogantes sobre los móviles del crimen, pero Libreros sentía temor y había dicho a su familia que si algo le ocurría podían tener el orgullo de saber que era un fiscal honesto.
En medio de su reserva y seriedad, Libreros había advertido que su muerte podría ser ordenada desde una cárcel.
El Fiscal General encargado, Jaime Camacho Flórez, acompañó el sepelio y dio sus condolencias a la familia. Un comunicado del organismo de seguridad dice que el funcionario “se caracterizó como uno de los fiscales que persiguió el crimen organizado y el narcotráfico, en especial a los grupos de sicarios del Distrito de Aguablanca. Ese trabajo fue reconocido por las autoridades municipales”.
Libreros, vinculado a la Fiscalía desde 1992, había sido condecorado como uno de los mejores fiscales de Colombia. “De qué sirvió ser condecorado en varias ocasiones como uno de los mejores fiscales del crimen organizado en Colombia, si te quitaron el sistema de seguridad no obstante tener un trabajo de alto riesgo y recibir amenazas de muerte?... De qué?... Mi hermano estaba de vacaciones pero el crimen no se va a vacaciones”, expresó su hermana y comunicadora social Carmenza Libreros Varela.
El abogado y exfiscal Élmer Montaña dijo que “era un fiscal honesto, valiente e incorruptible, Creía en la justicia y contribuía al desmantelamiento de las bandas criminales que azotan a Cali y el Valle. Es una pérdida irreparable para la rama judicial en momentos que pasa por crisis ante la corrupción. Por este horrendo deben responder no solo quienes lo ordenaron y ejecutaron, sino aquellos funcionarios que levantaron su esquema de seguridad porque no tenía ningún riesgo”.
El comandante encargado de la Policía Metropolitana, coronel Miguel Ángel Bottia, dijo que se inició la búsqueda de los sicarios y puntualizó que el fiscal llevaba procesos contra la banda La Cordillera, que opera en Pereira y el norte del Valle y Antioquia.
“En Cali venía haciendo una investigación contra los famosos Vaqueros", dijo el oficial. En el ámbito judicial también se menciona que tenía procesos de oficinas de cobro asociadas al Clan del Golfo. En Cauca también tenía expedientes de bandas.
La policía indicó que el funcionario estaba en período de vacaciones y no contaba con esquema de seguridad.
“Mi hermano había solicitado desde hace un año que le ofrecieran protección, la que le habían retirado como a otros fiscales encargados de procesos de alto riesgo. Y sí, él estaba en vacaciones, pero el crimen no se va a vacaciones”", dijo Carmenza Libreros.
La Fiscalía dice que “sus compañeros lo recuerdan como un excelente amigo y compañero. Así mismo, se distinguió como hijo, hermano, esposo y padre ejemplar”.
Esa entidad sostiene que “toda la capacidad operativa e investigativa de la Fiscalía ha sido dispuesta en el terreno para asegurar que los responsables de este homicidio comparezcan inmediatamente ante la justicia”.