Para la peruana Arlette Contreras, la búsqueda de justicia después de ser agredida por su ex novio "ha sido un camino largo, difícil de recorrer".
Su caso es emblemático en la lucha contra la violencia hacia la mujer en Perú y su campaña para detener los crímenes de género le han valido reconocimientos incluso fuera de su país.
En julio de 2016, Adriano Pozo, el acusado de la agresión, fue condenado a un año de prisión suspendida por "lesiones leves". La víctima consideró benigna esta sentencia y la apeló.
Meses después, el Poder Judicial anuló el fallo y en febrero de 2017 empezó un nuevo proceso por los delitos de intento de violación e intento de feminicidio.
En febrero pasado, la justicia peruana absolvió a Pozo, lo que causó gran indignación en el país. La joven volvió a apelar este veredicto y este jueves fue anulado, con lo que debe haber nuevo juicio.
BBC Mundo te cuenta por qué su caso es tan polémico.
Agresión en video
La historia empezó una noche de julio de 2015, cuando Contreras, entonces de 25 años, llegó al hotel Las Terrazas en Ayacucho, en la sierra sur de Perú, con su entonces novio, Adriano Pozo.
Habían llegado al hotel después de salir de una fiesta cuando los maltratos de Adriano la llevaron a ella a terminar la relación.
"Entonces te voy a violar. Si no es por las buenas, va a ser por las malas. Te voy a matar, a mí no me vas a dejar", le dijo el hombre.
Empezó a golpearla y a intentar ahorcarla, según contó la joven.
Arlette trató de escapar y Adriano, desnudo, la siguió hasta la recepción del hotel, donde la arrastró de los cabellos por el suelo.
Las cámaras de seguridad del hospedaje grabaron la brutal agresión.
Las imágenes llegaron a los medios menos de una semana después y desataron la indignación de Perú.
Marcha histórica
El agresor, hijo de un funcionario de la municipalidad de Huamanga, en Ayacucho, pidió perdón a través de medios locales y dijo en su defensa que Arlette también lo había atacado a él, que estaba ebrio y que no recordaba su reacción.
El padre del hombre, Jorge Pozo, aseguró que su hijo padecía de trastorno límite de personalidad, un desorden mental que, según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., causa inestabilidad, reacciones impulsivas y episodios intensos de ira, depresión y ansiedad.
Jorge Pozo añadió que el muchacho había dejado el tratamiento para esta condición cuando conoció a su ex pareja.
El joven, que tenía 26 años cuando sucedió el ataque, fue juzgado en Ayacucho por lesiones leves y en julio de 2016 fue condenado a un año de prisión suspendida, por lo que no tendría que entrar en la cárcel.
"Me volví a sentir atacada", dijo Arlette, que es abogada, a BBC Mundo sobre el fallo que consideró demasiado leve.
La sentencia propició que se convocara a la primera marcha "Ni una menos" en Perú, el 13 de agosto de 2016.
"(La protesta) marcó un hito en la historia de Perú", afirma Arlette. "Fue la primera vez que se visibilizó con tanta fuerza la violencia contra las mujeres".
La manifestación pacífica reunió a miles de personas en Lima y otras ciudades de Perú, y a miles de peruanos en el extranjero.
"El video y la campaña 'Ni una menos' mostraron el machismo puro que existe en nuestra sociedad, tanto en hombres como en mujeres que justifican la violencia, cuando no hay ningún tipo de justificación", le explica Arlette a BBC Mundo.
En 2014, Perú fue el tercer país con más feminicidios en América del Sur, con 90 casos reportados, después de Argentina y Ecuador, según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe.
En 2016, las cifras aumentaron. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú registró 124 feminicidios y 258 intentos de feminicidio; y atendió más de 70.510 casos de violencia psicológica, física y sexual contra niñas y mujeres.
De enero a octubre de 2018, el Ministerio de la Mujer registra 119 feminicidios, un 20% más que en el mismo periodo de 2017.
"Todo este movimiento ha ayudado a crear una ola de conciencia, a rescatar a las mujeres presas del silencio", opina Arlette.
"Ahora están más dispuestas a denunciar, a no callar más. Muchas mujeres reportan en la plataforma Ni Una Menos historias increíbles, desgarradoras. Algunas dicen 'me he callado 20 años, 30 años, he soportado violencia tanto tiempo'", añade.
En todo este tiempo, la historia de la joven ha resonado fuera de Perú.
En marzo de 2017, Arlette recibió el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje 2017, del Departamento de Estado de EE.UU., en Washington.
En abril de ese año, la revista Time la nombró una de las 100 personas más influyentes del mundo en la categoría de Íconos.
Susanna Schrobsdorff, columnista de la publicación, escribió que "su caso —y su disposición a hablar públicamente al respecto— impulsó a miles de mujeres a salir a las calles de Lima en agosto de 2016 para protestar contra la violencia de género".
Arlette reconoce que es reconfortante recibir los homenajes del gobierno de EE.UU. y de la revista Time. "No los he obtenido en mi país. Pero estos reconocimientos nunca van a borrar todo lo que he sufrido", lamenta.
* Esta nota fue publicada originalmente en abril de 2017 y fue actualizada a raíz de que el Poder Judicial peruano anuló la absolución de Adriano Pozo en un segundo juicio.
Fuente: BBC Mundo