"Macaco", "dictadorzuelo" y "excelentísimo asesino": así trataban a Evo Morales hace menos de una década en Santa Cruz, en el este de Bolivia. Allí, en la misma ciudad en la que antes no podía aterrizar, el mandatario fue ovacionado esta semana por una multitud.
En aquellos años de combate y resistencia al gobierno de Morales, las personas con rasgos o atuendos indígenas evitaban pasar por la plaza principal de la ciudad. No era inusual que los grupos de choque de oposición los agarraran a palos.
Cuando se conocía que el avión presidencial se acercaba, los aeropuertos eran inmediatamente cercados para evitar que el jefe de gobierno aterrizara en la ciudad.
Una de las opositoras, reconocida como una de las más radicales de aquel entonces, estuvo el miércoles pasado en un lugar preferencial durante el acto de cierre de campaña del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Ella se subió al carro oficialista en el último momento, olvidó cuando acusaba a Morales de narcotráfico y corrupción. Desde hace un par de semanas no se quita la gorra, gafas y camiseta con los colores del oficialismo. Se llama Jessica Echeverría y no fue la única que cambió de bando en estos años.
Las clases populares son el grueso del apoyo a Morales.
Han pasado nueve años del primer batacazo electoral de Morales, en el que consiguió un apoyo de 54%.
Empresarios, líderes cívicos, barras bravas de fútbol, modelos, deportistas y cantantes -entre muchas otras personalidades- son ahora habituales en los actos de la campaña por el tercer mandato del presidente: bailan cumbia con él y agitan banderas con su rostro.
Por si fuera poco, el autor de la canción de la campaña "evista" de este año es el mismo que animaba a las multitudinarias asambleas en que se insultaba al mandatario entre 2006 y 2008.
Algo tuvo que pasar para tal giro.
LA INCLUSIÓN
La bonanza económica, que unos atribuyen a los buenos precios de las materias primas y otros a una eficiente gestión gubernamental, permitió al gobierno llevar una política de distribución a través de bonos (a estudiantes y madres, por ejemplo) y de concreción de obras en ciudades de todo el país.
"En el proceso actual, considero que la bonanza económica es el leit motiv del cambio. El gobierno aplica la máxima política de que 'el poder es para usarlo' y tiene los recursos suficientes para hacerlo", le comenta a BBC Mundo Gerson Rivero, periodista y analista político en Santa Cruz.
Los cambios en el ámbito social fueron notorios: en 2008, la Unesco declaró a Bolivia un país libre de analfabetismo y, con la ayuda de médicos cubanos, se realizaron 650.000 curaciones gratuitas y operaciones de la vista.
La inmensa mayoría de los beneficiarios de estos programas de educación y salud han sido los sectores campesinos, indígenas y de escaso poder adquisitivo en las ciudades.
En las oficinas públicas de Bolivia ahora se ven ponchos y polleras en todos los ambientes. Desde los despachos ministeriales hasta las gendarmerías. Se masca coca en las reuniones de gabinete presidencial al igual que en las plazas de las poblaciones más alejadas del centro político boliviano.
Hace nueve años, Morales prometió "llevar a los ponchos al poder".
Los apellidos que por lo general portan las clases humildes ahora se repiten con frecuencia en los consejos de ministros, las alcaldías o los estrados judiciales. Sin embargo, todavía no han logrado abrirse paso en las organizaciones consideradas más excluyentes y racistas de la sociedad boliviana, como las Fuerzas Armadas.
MOVILIDAD INESPERADA
Conocí a Arturo en un curso de ciencias políticas de una universidad privada. Llegaba todas las mañanas en una Yamaha y vestía a diario chaquetas deportivas, de esas que usan los motociclistas de competencia. No era parte de los grupos de alumnos que eran hijos de empresarios, pero se notaba que su capacidad económica no era inferior a la de ellos.
En la campaña, el presidente se ha negado a debatir con la oposición.
Hace unos años comenzó a administrar los depósitos que tiene el padre en una zona de comercio de electrodomésticos. Cambió la moto por un par de autos, una 4x4 y otro deportivo. Vive en una urbanización que en menos de cinco años será la nueva zona más exclusiva de La Paz.
No es el único. Abundan los autos de lujo entre los nuevos comerciantes pudientes que irrumpieron en las narices de la antigua casta empresarial.
La boda de Arturo fue con la encargada de la empresa proveedora de motos que importaba su padre desde China. Llegaron dos aviones desde tierras asiáticas para el festejo de casi una semana que se realizó en una población rural del Altiplano.
"Socialmente lo novedoso es el recambio de élites a todo nivel y la movilidad social en un país en el que esto no existía. Además, se han dado pasos muy importantes en la resolución del principal problema del país, el racismo", le señala a BBC Mundo el analista político Ilya Fortún.
NUEVOS CENTROS, NUEVO CONSUMO
Sin embargo, el columnista añade que el cambio ha tomado una dirección que nadie esperaba. "Evo es la nueva centro derecha y el capitalismo reinante es más salvaje que en el periodo llamado neoliberal", asevera.
Y Fortún no es el único que opina así. Una de las acusaciones recurrentes de la oposición y de sectores disidentes contra Morales es su alianza con las élites. "Con Evo los empresarios han ganado más que nunca" es una frase que usa el oficialismo como algo positivo y que la oposición repite pero en tono de reproche.
El Alto sigue siendo el gran bastión de Evo Morales.