
1 / 13 La tradición de sanar con plantas es parte del aprendizaje de niños y niñas en Chachajo. Debido al conflicto armado y a las pocas oportunidades de estudio y trabajo, muchos padres abandonan la zona y quedan al cuidado de sus abuelos. (Fernanda Pineda / MSF).

2 / 13 Nancy Arce (19 años) sostiene a su hijo en brazos. Su pareja, quien formaba parte de la guardia indígena (grupo civil de protección) en Puesto Indio, fue asesinado meses antes del nacimiento del pequeño. Su recuerdo permanece en la familia y en la comunidad que lucha por preservar la memoria y la resistencia. (Fernanda Pineda / MSF).

3 / 13 Algunos hombres, como Victoriano Córdoba (74 años), también mantienen vivas las prácticas de sanación a través de plantas, masajes y oraciones; conocimiento transmitido de generación en generación. (Fernanda Pineda / MSF).

4 / 13 En 2023, la violencia en el departamento del Chocó obligó a más de 40.000 habitantes a confinamiento forzoso, limitando su acceso a servicios básicos. Comunidad afrodescendiente de Mojaudó, Alto Baudó, Chocó. (Fernanda Pinera / MSF).

5 / 13 Margarita Rojas Mena, en Mojaudó, cosió la fotografía de la escuela comunitaria, herida de bala en un enfrentamiento armado. (Fernanda Pineda / MSF).

6 / 13 La jaibaná Dilia (curandera del espíritu), en Puesto Indio, suturó con hojas de palma la fotografía de la habitación vacía de un miembro de la guardia indígena que fue asesinado. La fibra de palma se utiliza a menudo para tejer cestas, una actividad que tiene una fuerte relación con la salud mental y el espíritu. (Fernanda Pineda / MSF).

7 / 13 La escuela de la comunidad afrodescendiente de Mojaudó continúa intacta, con huellas de balas en las paredes, el techo, el tablero y los materiales didácticos; tras un enfrentamiento entre dos grupos armados. Los niños no volvieron a tomar clase allí. (Fernanda Pineda / MSF).

8 / 13 La jaibaná Dilia (sanadora del espíritu), en Puesto Indio, suturó con hoja de palma la fotografía de la habitación vacía de un miembro de la guardia indígena que fue asesinado. (Fernanda Pineda / MSF).

9 / 13 Margarita Rojas Mena, en Mojaudó, suturó la fotografía de la escuela de la comunidad, herida por las balas de un enfrentamiento armado. (Fernanda Pineda / MSF).

10 / 13 En noviembre de 2023, mientras más de 14.000 personas estaban confinadas en Alto Baudó, el enfrentamiento de dos grupos armados en la escuela de Mojaudó hizo que toda la comunidad se desplazara forzadamente. (Fernanda Pineda / MSF).

11 / 13 La comunidad afrodescendiente de Chachajo, Alto Baudó, Chocó, vivió múltiples desplazamientos masivos a Quibdó (capital del departamento) por incursiones de grupos armados que reunían a la población en la cancha de fútbol. Allí hirieron y asesinaron a varios de sus líderes. (Fernanda Pineda / MSF).

12 / 13 Casa del jaibaná (sanador del espíritu Embera) en la comunidad de Puesto Indio. Es uno de los principales referentes de salud tradicional cuando la comunidad no tiene otra forma de acceder a los puestos de salud formal. Su esposa, Leticia, es una de las curanderas y parteras que cuida la vida en el territorio. (Fernanda Pineda / MSF).

13 / 13 “Hace muchos años un doctor de Médicos Sin Fronteras me enseñó a suturar. A veces no hay los implementos, y lo hemos tenido que hacer con seda dental. Chachajo está enfermo de temores. De eso sí estoy segura, porque aquí yo soy una que vivo con esa enfermedad”, testimonio de Carmen Fidela Mena. (Fernanda Pineda / MSF).
































