La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, decidió no asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, dijo el martes un asesor.
Rousseff, quien afronta un juicio político que podría dejar al mandatario interino Michel Temer en su puesto, había sido invitada a la ceremonia del 5 de agosto en el estadio Maracaná, en la que Temer declarará los Juegos oficialmente inaugurados.
"Ella no va a ir", afirmó el asesor a Reuters, un día después de que la mandataria dijera en una entrevista con Radio France Internationale que no le interesaba cumplir un "rol secundario" en los Juegos.
Dilma Rousseff cree que, más allá del proceso en el Parlamento, merece estar en la apertura y le dijo a RFI que su Gobierno y el de su mentor, Luiz Inácio Lula da Silva, hicieron la mayor parte del trabajo para que Río sea sede de los primeros Olímpicos en territorio sudamericano.
Lula también decidió no ir a la ceremonia por "el golpe de Estado realizado contra la presidenta del país", dijo un portavoz del Instituto Lula.
Sondeos entre senadores muestran que Dilma Rousseff será declarada culpable de quebrar leyes presupuestarias por lo que sería separada del cargo de forma definitiva. Temer terminaría su mandato, que llega a su fin en el 2018.
Los opositores culpan a Rousseff de llevar al país a su peor recesión desde la década de 1930 y beneficiarse de un gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Fuente: Reuters
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