La infraqueable barrera de controles y policías no logró mantener la indignación fuera del Arena Corinthians, donde en este momento se juega el partido inaugural. En contra del pronóstico del gobierno, cientos de hinchas recibieron entre pifias y gritos a la mandataria, Dilma Rousseff, quien no ha logrado controlar las manifestaciones al punto de poner en jaque el inicio del torneo.
"Dilma, ¡vete a la m...!", gritaban en coro los hinchas brasileños que disfrutan del primer encuentro entre Brasil Y Croacia. Y mientras ello ocurre, afuera del Arena Corinthians, decenas de personas, se desplazan enfrentándose a la policía y construyendo barricadas que logren provocar el caos en las vías de la metropolí, indicaron los medios locales.
La Copa del mundo ha provocado levantamientos callejeros en reclamo por la inversión de 11 mil millones de dólares del tesoro público en la organización. La indignación ha surgido de los sectores que representan para el país vecino grandes pendientes: educación, salud, seguridad y transporte.
Rousseff, quien busca la reelección en las elecciones generales de octubre, asistió al Arena Corinthians junto a otros jefes de estado, reportó la agencia AFP-