El presidente interino Michel Temer inició su gobierno en Brasil con la promesa de "reformas" para rescatar al país de la crisis e intentar sobrevivir al escándalo de corrupción que precipitó la salida de Dilma Rousseff.
Temer, considerado un traidor por Rousseff, inició la reunión con su Gabinete de ministros, una mesa redonda conformada solo por hombres en la que ninguno era afroamericano.
"Tenemos poco tiempo", dijo Temer, del partido de centro derecha PMDB, al asumir el jueves la presidencia en el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo.
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"Pero nos esforzaremos por implementar las reformas que Brasil necesita", aseguró el ex vicepresidente de Rousseff devenido uno de sus principales enemigos.
Tras meses de agitación política, el Senado decidió el jueves abrir un juicio contra Rousseff y apartarla de su cargo por seis meses como máximo, mientras evalúa si merece ser definitivamente alejada del poder por maquillar las cuentas públicas.
Temer también se comprometió no sólo a mantener sino también a "mejorar" las ayudas sociales, entre ellos Bolsa Familia, una de los programas estrella del gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
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Fuente: AFP