Brasilia/Sao Paulo, O Globo de Brasil (GDA)
Marina Silva, hasta hace unas semanas la principal contendiente de Dilma Rousseff en el camino a la presidencia de Brasil, aún no define su posición para la segunda vuelta. Lo único que la ecologista aclaró fue que otorgará su voto a quien acceda a cumplir con ciertas condiciones planteadas por su partido.
Lejos de pedir plazas ministeriales o favores políticos, lo que Silva espera es que se respeten los tres puntos claves de su plan de gobierno.
El compromiso de preservar los logros alcanzados por el país en los últimos años; mejorar la democracia eliminando la figura de la reelección presidencial y propuestas a favor de la sostenibilidad; son los puntos que Silva exigiría que se respeten.
OPINIONES DIVIDIDAS
Pese a que Silva ha perfilado cierto interés por otorgar su apoyo al candidato Aécio Neves, algunos líderes de su partido, el Partido Socialista Brasileño (PSB), no parecen seguir esa misma línea.
La mayoría de los miembros del PSB formaron hasta hace pocos años parte del Partido de Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula Da Silva, es por ello que algunos esperan respaldar a Rousseff en su candidatura.
El presidente del PSB, Roberto Amaral, espera que el partido se mantenga neutral en cuanto a opiniones y apoyo. Amaral siempre se ha mantenido cercano al PT y es conocido su apoyo a Rousseff. Para definir la postura del partido en su totalidad se realizará una reunión el miércoles por la tarde.
Silva llamó a ambos candidatos el lunes por la tarde, luego que se conocieran los resultados oficiales, para felicitarlos por su paso a segunda vuelta.
La actual presidenta adelantó que la ecologista y su partido dividirán sus votos. En lo que se espera que al menos el 60% de ellos vaya para Neves.