ROGER ZUZUNAGA RUIZ, @rogeran9
Están armados, controlan barrios enteros en Venezuela y defienden la revolución bolivariana: los Tupamaro (en realidad, Movimiento Revolucionario Tupamaro, MRT), el grupo violento que atacó a balazos el martes a los estudiantes que protestaban en Mérida, es uno de los numerosos colectivos chavistas que aterrorizan a la sociedad civil del país sudamericano.
Para llegar a los orígenes de estos movimientos, muchos de los cuales se autodenominan político-sociales, hay que remontarse a los grupos guerrilleros venezolanos de los años 60, explica a El Comercio el sociólogo Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
Agrupados en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, varios de esos movimientos optaron por participar en la pacificación, aunque otros permanecieron con la idea de la lucha armada como medio para llegar al poder.
El vínculo de estos grupos con el chavismo se remonta al intento de golpe de Estado de 1992 encabezado por el entonces comandante Hugo Chávez contra el presidente Carlos Andrés Pérez.
“Como parte de su estrategia para tomar el poder, muchos de estos grupos se habían infiltrado en el Ejército. Entonces, cuando Chávez intenta el golpe, no solo estaba apoyado por militares, también había un componente civil compuesto por estos colectivos”, sostiene Briceño León.
Luego del fracaso de su aventura golpista, Chávez opta por intentar llegar al poder por la vía democrática (algo que finalmente conseguiría en las elecciones del 2008), lo que provocó que varios de estos colectivos se separen de él, pero el vínculo nunca se rompió por completo.
“Cuando finalmente Chávez llega al Gobierno, se sigue manteniendo una cercanía y una relación utilitaria por parte del chavismo hacia esos grupos”, asevera Briceño León.
Y empiezan a recibir financiamiento gubernamental, como parte del denominado proceso revolucionario que Chávez decidió encabezar. Por ello, el mandatario solía repetir que “Esta es una revolución pacífica, pero armada”.
En la actualidad, colectivos como los Tupamaro, La Piedrita, Alexis Vive, tienen circuitos cerrados de televisión, radios (Alexis Vive maneja la radio Arsenal), controlan zonas de Caracas como el 23 de Enero, donde ni la policía puede entrar. “En el 23 de Enero incluso le hicieron una estatua a ‘Titofijo’, el fundador de las FARC” dice Briceño León.
“El vínculo con el Gobierno ha sido muy regular porque Chávez los utilizaba, les daba fuerza, los tenía como Plan B. Pero al mismo tiempo algunos momentos les ponía un cierto control.
Entonces, son grupos que han sido utilizados como bandas de choque del Gobierno” agrega el director del OVV.
Los colectivos también limpian de delincuentes sus barrios, incluso en zonas como el 23 de Enero los escuadrones de la muerte suele ir a la casa de los delincuentes que identificzan para asesinarlos.
“En algunos casos sacan a los traficantes de droga y en otros casos ellos controlan el negocio de la droga… Los más radicales siguen creyendo en la lucha armada” asevera Briceño León.