A pocas horas de la inauguración del Mundial 2014, Sao Paulo registra movilizaciones en contra de la Copa. Encapuchados, con pañuelos en los rostro y algunos con cascos, los manifestantes se enfrentan a la policía paulista, la cual horas antes tuvo que contener una marcha que pretendía dirigirse al Arena Corinthians, recinto donde se jugará el partido inaugural Brasil - Croacia.
Bombas lacrimógenas, bombardas y balas de gomas. Las fuerzas anti choque avanzan con escudos dispersando a las multitudes. Algunos de los manifestantes tiene el objetivo de llegar lo más cerca posible del Arena Corinthians, mientras otros contruyen barricadas para provocar el caos.
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