Rusia se posicionó muy en contra de la petición turca de que se mantenga a un destacado grupo kurdo fuera de las conversaciones de paz sobre Siria y espera que el enviado de Naciones Unidas resista el "chantaje" de Ankara y otros, reflejando las profundas diferencias que siguen existiendo antes del inicio del diálogo.

El ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, rechazó las acusaciones de que Moscú había ofrecido asilo político al presidente sirio, , tras su dimisión.

En concreto, rechazó las informaciones publicadas la semana pasada que apuntaban que el jefe de inteligencia del ejército ruso había viajado a Damasco para intentar convencer a Assad para que abandone el poder. El canciller argumentó que no hay motivo para un viaje de ese tipo ya que Assad visitó Moscú en octubre y mantuvo amplias conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin.

"Nadie ha pedido ni ofrecido ningún asilo político", explicó agregando que Assad había prometido a Putin sentarse en conversaciones de paz con la oposición, incluidos grupos armados, e involucrar a la oposición "patriótica" con el ejército sirio en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.

El grupo kurdo, el Partido Unión Democrática (PYD, por sus siglas en inglés), juega un importante papel en la lucha contra la milicia radical y es una pieza esencial de un acuerdo político en Siria, enfatizó Lavrov.

Turquía considera que el PYD y su milicia YPG son ramas del Partido de los Trabajadores del Curdistán, un grupo kurdo de resistencia contra el que lucha desde hace años y al que considera un grupo terrorista.

Lavrov advirtió que sería un "grave error" no invitar al PYD. "Cómo pueden hablar sobre reformas políticas en Siria si ignoran a un importante partido curdo", dijo agregando que los curdos suponen el 15% de la población del país.

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Posiciones frente al diálogo

El conflicto sirio, que comenzó hace casi cinco años con protestas contra el gobierno de Assad, se convirtió en una guerra total en la que han muerto más de 250.000 personas y que ha desplazado a millones.

La declaración de Lavrov en una rueda de prensa refleja la complejidad de las posturas antes de las conversaciones de paz que se espera comiencen el viernes. El enviado especial de Naciones Unidas Staffan de Mistura enviará las invitaciones en medio de intensas presiones de países como Rusia y Turquía sobre quién debe asistir.

Rusia, un aliado clave de Assad, ha pedido que se incluya a representantes kurdos, y tanto Estados Unidos como otros países han apoyado a los curdos en la lucha contra el grupo EI. Las relaciones entre Moscú y Ankara están congeladas desde que un caza turco derribó a uno ruso en la frontera con Siria el pasado noviembre.

Lavrov se mostró también en contra de la propuesta de Arabia Saudí de invitar solo a los grupos de la oposición que se reunieron en el país el mes pasado, apuntando que el proceso de paz sirio debería incluir también otros representantes de la oposición, como los que se reunieron el año pasado en Moscú para dialogar.

El canciller "valora muchísimo" su cooperación con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, para preparar el terreno para las conversaciones. En Ankara, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, reiteró el martes la oposición de Turquía a incluir a las fuerzas curdas sirias en el diálogo de Ginebra.

"Es imperativo que los curdos estén presenten en la mesa", dijo Davutoglu en su discurso semanal a los legisladores de su partido.

"Una mesa sin los curdos estaría incompleta. No nos oponemos a los curdos si no que no oponemos al PYD y al YPG, que oprimen a los curdos", explicó el mandatario. "Para nosotros no es aceptable que una organización terrorista esté incluida dentro de la oposición".

Fuente: AP

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