
Cuando el 10 de diciembre de 2009 la jueza María Lourdes Afiuni ordenó la libertad bajo fianza del banquero Eligio Cedeño, probablemente no imaginó que pasaría casi diez años detenida.
Este viernes, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó que Afiuni había sido liberada junto a otros 21 presos.
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El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela confirmó en su cuenta de twitter la libertad para Afiuni.
Este jueves, Bachelet publicó un informe muy duro contra el gobierno de Venezuela, al que acusa de violaciones de derechos humanos.
Afiuni fue detenida poco después de decretar la libertad de Cedeño y estuvo tras las rejas hasta febrero de 2011, cuando se la puso bajo régimen de arresto domiciliario.
Este marzo fue condenada a cinco años más de cárcel por "corrupción espiritual", algo que Afiuni considera un "delito inventado".
Hasta 30 años de prisión pidió en su momento para ella, el entonces presidente Hugo Chávez. Por eso, a Afiuni se le conoce como "la presa personal de Chávez".
El fallecido mandatario arremetió públicamente contra Afiuni al día siguiente de la liberación de Cedeño, cuando se supo que el banquero, quien llevaba tres años en prisión preventiva acusado de operaciones cambiarias ilegales, había huido del país rumbo a Miami inmediatamente después de ser liberado.
"Yo exijo dureza contra esa jueza (…) Habrá que meterle pena máxima. ¡30 años de prisión pido yo a nombre de la dignidad de un país!", dijo Chávez, quien calificó a la ex magistrada de "bandida" y aseguró que "todo estaba montado".
"Le dije a la presidenta del Tribunal Supremo, a la Asamblea Nacional, habrá que hacer una ley porque es mucho más grave un juez que libere a un bandido, que el bandido mismo", agregó el mandatario.
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Afiuni, por su parte, aseguró que simplemente había aplicado la ley venezolana, que establece que nadie puede estar detenido más de dos años sin sentencia, así como una recomendación del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas, que había cuestionado la situación de Cedeño.
Pero eso no evitó su detención por parte de los servicios de inteligencia venezolanos y su posterior envío a una prisión donde se encontraban numerosas mujeres que ella había juzgado y sentenciado por delitos como infanticidio, robo y narcotráfico.
En la cárcel
Como explicó en diciembre de 2011 el entonces corresponsal de BBC Mundo en Caracas, Juan Paullier, Afiuni pasó poco más de un año en esa cárcel, en la que, según denunciaron varias veces sus abogados defensores, la habrían intentado "atacar con cuchillos, abusar sexualmente y hasta rociarla con gasolina".
"No hubo semana en la que no me amenazaran", contaría años después la misma jueza.
Durante ese período en prisión, la salud de Afiuni también se deterioró significativamente: en febrero de 2011, poco antes de que le dieran arresto domiciliario, le tuvieron que extirpar el útero.
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La ex magistrada, de 55 años, también salió de la cárcel con quistes en un seno y una axila, así como con problemas de vejiga.
Cuatro años después, cuando ya gozaba de libertad condicional, Afiuni denunció haber padecido torturas y violaciones durante su estancia en prisión, que dijo le habían causado o agudizado sus problemas.
"A mí me vaciaron el útero, porque lo tenía vuelto mierda. Pero no contentos con eso, se me destruyó la vejiga, la vagina y el ano. Yo estoy reconstruida", aseguró la ex jueza durante una audiencia celebrada en julio de 2015.
"Tengo la cuarta parte del seno comprometida por el coñazo (golpe) que me dieron en el penal con una bota, y a esta altura nadie me lo quiere tocar porque no saben lo que tengo ahí. Todo el mundo ve las mamografías, pero me dicen que eso no se toca. Nadie sabe qué tengo", aseguró también en ese mismo careo.
Causa célebre
Para ese entonces, su caso ya se había vuelto una causa célebre. De hecho, varios años antes, el mismo Noam Chomsky, uno de los intelectuales más admirados por Chávez, ya había suscrito una carta pública pidiendo la liberación de Alfiuni, en la que se la calificaba de presa política.
Y en diciembre de 2017, Afiuni misma denunció que el tiempo llevaba con medidas restrictivas de libertad, sobrepasaba el de la pena máxima contemplada para los delitos de los que se la acusaba.
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Nelson Afiuni en 2011 le dijo a BBC Mundo que su hermana padecía un calvario por orden expresa de Chávez.
"La rabia, la saña con la que ha actuado Chávez en este caso es algo inusual. Ella sabía dónde se estaba metiendo, no era tan ingenua, pero no pensó que la iban a detener", dijo en esa oportunidad.
Casi diez años después, el calvario ha terminado.