Marcha contra la violencia a la mujer se realizará el 12 de agosto. (Foto: El Comercio)
Marcha contra la violencia a la mujer se realizará el 12 de agosto. (Foto: El Comercio)

Nos sentimos orgullosos de que nuestra gastronomía ocupe uno de los primeros lugares en el mundo, pero hay otros motivos por los que el Perú ocupa rankings mundiales y son preocupantes: quinto país más peligroso para mujeres que viajan solas (Forbes) y tercer país con las cifras más altas de violencia sexual, doméstica y de género (Gobierno Peruano).

Podemos avergonzarnos, indignarnos y estremecernos, pero todo eso no basta, porque hemos llegado al punto donde la violencia se ha normalizado en nuestro país. Las razones son múltiples y vienen desde siglos atrás, pero esta generación ha decidido que ya basta, que debemos pasar a la acción y salir a las calles a exigir al Estado que se implementen políticas concretas para la atención y prevención de la violencia de género, así como a exigir, a todas las instancias del poder Ejecutivo y Judicial, una atención rápida, efectiva y puntual, con apoyo psicológico continuo y medidas de protección inmediatas para aquellas que denuncien. Porque los feminicidios continúan. Porque, cuando una mujer desaparece, el Poder Judicial se hace cargo de la investigación luego de seis meses, cuando las pruebas ya no existen. Porque solo se sanciona a un hombre cuando una mujer tiene una lesión grave o más de 15 días en el hospital; sino no hay una sanción y, si estás de 14 a siete días, solo se considera lesión leve y te pueden seguir golpeando.

Asimismo, queremos hacer presente los casos de esterilizaciones forzadas, otro tipo de violencia de género que, a la fecha, tiene 7 mil víctimas registradas en todo el Perú según el Reviesfo (Registro Nacional de Víctimas de Esterilizaciones Forzadas). Y también las desapariciones de mujeres, pues en el Perú desaparecen un promedio de cuatro mujeres por día y, cuando se va a sentar la denuncia, la policía no colabora a pesar de que hay una ley –la N° 29585– que establece que la policía debe recibir y tramitar la denuncia de desaparición en forma inmediata, sin esperar que pasen 48 horas desde la desaparición.

A un año de la primera marcha #NiUnaMenos, y gracias al recurso de las redes sociales, el acoso callejero y virtual se ha visibilizado a través de aquellas que se han atrevido a denunciarlo (además de ser estas plataformas una gran herramienta para identificar acosadores y maltratadores). Asimismo, hemos creado redes donde compartimos testimonios sobre violencia, creando lazos comunitarios, y hemos progresado también en la necesidad de prevención que debería hacerse desde los colegios, porque se hace imprescindible que los niños y las niñas conozcan sus derechos, sus cuerpos y cómo identificar a un agresor.

Nos sentimos orgullosos de nuestra gastronomía. Apenas llega alguien a nuestro país, le preguntamos si ya probó esto o aquello. Quisiera imaginar que pudiéramos decir lo mismo sobre el acoso, la violencia contra la mujer y el feminicidio. Me encantaría decirle a mi amiga turista que este es un país donde puedes caminar sola, salir sola y viajar sola sin miedo, sin que nada te pase y que ese sea el sello y otra #MarcaPerú. Me encantaría, pero mientras tanto es necesario salir a las calles para que la violencia normalizada durante siglos se visibilice una y otra vez, para recordarles al Estado, al Poder Ejecutivo, al Poder Judicial y al Congreso que necesitamos acciones inmediatas, puntuales y reales para erradicar el feminicidio, la violencia de género y el acoso.

Por eso, hoy sábado 12 de agosto, salimos a las calles juntos, porque ellos también nos apoyan, y juntas, porque somos más fuertes y tejemos redes, porque queremos decirle sí a la vida, porque #VivasNosQueremos #NiUnaMenosSomosTodas.

(*) La autora es vocera del colectivo Ni Una Menos.