El otro du Petit-Thouars, por Martha Meier M.Q.
El otro du Petit-Thouars, por Martha Meier M.Q.
Redacción EC

Louis-Marie Aubert du Petit-Thouars (1758-1831) recorría la exótica Madagascar cuando de pronto, como caída del cielo o traída de un mundo raro, apareció ante sus ojos una flor verde pálida, casi blanca y con forma de estrella. Fue el primer occidental en verla y describirla. Era una orquídea hasta entonces desconocida. Los eruditos la conocen como Angraecum sesquipedale; nosotros, comunes mortales, la llamamos orquídea de navidad, estrella de Belén o la orquídea de Darwin, quien posteriormente la estudió a fondo.

Aquella noche algo más ocurrió: de la flor de du Petit-Thouars emanó un fuerte y agradable perfume que lo invadía todo y competía con el olor salado del mar cercano. Y él fue, seguramente, un poco más feliz. Este naturalista, botánico y explorador francés, es el otro Petit-Thouars, en realidad uno de los otros, pues a lo largo de la historia varios personajes importantes llevaron su apellido.

Este hombre fascinado con la naturaleza apellida igual que aquel valiente personaje cuya participación fue clave para el Perú en la Guerra del Pacífico, y en cuyo honor se bautizó a una importante avenida limeña. 

Como casi todos los de la familia du Petit-Thouars –muchos de ellos notables en el arte de la guerra– nuestro botánico provenía de un aristocrático linaje de Anjou (en la parte baja del valle del Loira). Creció en el Castillo de Boumois, cerca a la hermosa Saumur, un poblado de extensos viñedos, vinos proverbiales de antigua arquitectura. Su infancia estuvo marcada por el verdor de ese paisaje, de sus bosques y su gran río.

Por su origen encumbrado sufrió dos años prisión durante la Revolución Francesa y para 1792 decide establecerse en Madagascar, donde esperaba encontrar a su hermano Aristide, famoso por la conquista de Senegal y la Batalla del Nilo. No tuvo suerte en eso, pero la exuberante vegetación del lugar lo cautivó desde el primer instante. Desde entonces y por diez años se dedicó a recolectar cuanta planta llamaba su atención. Se hizo así de una colección de 2.000 ejemplares de la flora nativa de Madagascar, Mauritania y las islas Bourbon (hoy La Reunión). 

Pasada la agitación de la Revolución de la “libertad, fraternidad, igualdad” volvió a Francia, donde buena parte de esos especímenes recalaron en el Museo de París y otra menor en Kew Gardens, el jardín botánico de Gran Bretaña, donde se considera nació la corriente científica de conservación de la naturaleza.   

Este otro du Petit-Thouars integró la Académie des Sciences y escribió el libro “Historia de los vegetales colectados en las islas de Grancia, Bourbon y Madagascar”, con impresionantes ilustraciones de una flora que para el francés común de aquella época parecía imposible de existir. Entre otros de sus libros resaltan “Historia particular de las orquídeas en las tres islas australes de Francia, de Bourbon y de Madagascar” (la isla de Francia actualmente es Mauritania) y “Miscelánea de botánica y viajes”.
Descubrió y describió 107 especies de orquídeas hasta entonces desconocidas. Hoy sigue siendo considerado uno de los más importantes pioneros en estudios botánicos.

La avenida
Marino francés dio nombre a vía limeña

— Es por Abel-Nicolas-Georges-Henri Bergasse du Petit-Thouars, o Dupetit-Thouars, –y no por el botánico– que Lima tiene una avenida con ese apellido. Este fue un marino francés, nacido en Burdeos, que comandó a la escuadra francesa observadora de la Guerra del Pacífico.

Estirpe
Presentes en Tahití y la Polinesia

— Otro muy notable du Petit Thouars fue Aubert, un capitán de navío que tomó posesión para Francia de Tahití y buena parte de la Polinesia. Abel Nicolás (descendiente de Aristide, famoso por la Guerra del Nilo) luchó en la guerra de Boshin, en Japón.