Querido Lionel Messi,
¡bienvenido a Miami!
¡Qué buena noticia que hayas decidido mudarte aquí!
Ya que solo habías venido antes por breves temporadas, permíteme darte un rápido adelanto de lo que vas a encontrar aquí, visto por un inmigrante argentino que vive, trabaja y ama esta ciudad.
Ante todo, Miami es una isla de modernidad que lucha por mantener su dinamismo en un estado regido por un gobernador republicano de extrema derecha llamado Ron DeSantis, que quiere convertirlo en un principado medieval. DeSantis recientemente aprobó leyes antiinmigrantes, homofóbicas, racistas, antiaborto, antiambientales y a favor de que todos puedan portar armas sin permisos especiales.
DeSantis se está postulando para la presidencia en el 2024, y quiere ganar el voto de la extrema derecha de su partido para ganar las primarias republicanas. Quiere ganarle al expresidente Donald Trump por la derecha.
Entre otras cosas, el gobernador de Florida firmó recientemente una ley estatal a la que orgullosamente llamó “la ley contra la inmigración ilegal más fuerte del país”.
Según la ley, que entrará en vigor el 1 de julio, los hospitales de Florida tendrán que preguntar a los inmigrantes indocumentados que lleguen a la sala de emergencias sobre su estatus legal.
Lo que es aún más escandaloso, la ley estatal dice que, si llevas a un indocumentado enfermo al hospital, o a un niño indocumentado a la escuela, tú también serás castigado por auxiliar a una persona sin papeles migratorios.
El gobernador y sus partidarios afirman falsamente que estas medidas son necesarias. Pero eso es una gran mentira. Por el contrario, Estados Unidos, y Florida en particular, necesitan urgentemente más inmigrantes.
Como lo verás cuando hables con dueños de restaurantes o empresarios de la construcción en Miami, hay una gran escasez de trabajadores en muchas industrias. La retórica antiinmigrante es pura demagogia, con fines políticos.
Sobre el aborto, DeSantis firmó una de las leyes de aborto más restrictivas del país, prohibiendo los abortos en la mayoría de los casos a partir de las seis semanas posteriores a la concepción. Muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas en ese momento.
Sobre los derechos LGBTQ, DeSantis impulsó la ley llamada “no digas gay” y otras medidas que restringen lo que los maestros pueden decir o lo que las escuelas pueden enseñar sobre sexo y género.
Sobre las armas, a pesar de una epidemia de asesinatos masivos, DeSantis aprobó una ley escandalosa que permite que los residentes puedan llevar un arma cargada oculta sin un permiso previo.
Así que ten cuidado con involucrarte en cualquier pelea de tráfico, Lionel. Cualquier extraño puede estar armado aquí, como en el Lejano Oeste.
Afortunadamente, todavía tenemos algunos políticos locales, como la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, y el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, que probablemente no se convertirán en soldados de primera línea de las guerras culturales de DeSantis.
Lo que me encanta de Miami, además de las playas, la vida al aire libre, el aire limpio, la feria anual de Art Basel, las mejores galerías de arte latinoamericano del mundo y un vibrante ecosistema de startups tecnológicos, es la diversidad étnica de la ciudad.
Me gusta el hecho de que Miami es probablemente la única ciudad de Estados Unidos donde las cajeras en los supermercados te llaman “mi amor”, como en Cuba o Venezuela. Me gusta ver a los judíos ortodoxos con sus sobretodos negros caminando junto a mujeres semidesnudas por el malecón de Miami Beach, cada uno atendiendo sus propios asuntos.
Y me gusta la cacofonía de idiomas que escuchas en casi todas partes: español, portugués, alemán, italiano y ruso, entre otros. Como dice el viejo chiste, lo lindo de Miami es que está muy cerca de Estados Unidos.
Y Miami será aún mejor cuando vengas tú, Lionel.
Ya tenemos al Miami Heat, y entre otros a Gloria Estefan, a Shakira, a Pitbull y ahora contigo, al mejor futbolista del mundo.
Pero por favor, Lionel, ten cuidado con los políticos antiinmigrantes como DeSantis o Trump.
Seguramente intentarán acercarse a ti, para fingir que algunos de sus mejores amigos son hispanos. Recuerda, Miami es fantástica, pero Florida no tanto.
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