(Ilustración: Giovanni Tazza).
(Ilustración: Giovanni Tazza).
Janice Seinfeld

“A los 11 años caí en depresión. Dejé de hablar y de comer. En dos meses perdí cerca de 10 kilos. Al poco tiempo me diagnosticaron síndrome de Asperger, trastorno obsesivo-compulsivo y mutismo selectivo, o sea que solo hablo cuando creo que es necesario, como ahora”. Estas palabras son de la activista climática sueca , de 16 años, en su charla TED de noviembre. El episodio que narra surgió tras ver en el colegio unos videos sobre el cambio climático y notar cómo lo que para ella había sido impactante, para sus compañeros era intrascendente. Se le activaron una intensa preocupación por el futuro y una profunda sensación de soledad.

En agosto último, cuando empezaban las clases, Greta decidió hacer huelga por el clima frente al Parlamento sueco. “¿Para qué aprender del sistema educativo si los datos más importantes dados por los mejores científicos de ese mismo sistema son ignorados por los políticos y la sociedad? Algunos dicen que Suecia es un país pequeño, que no importa lo que hagamos, pero creo que, si unos niños pueden llamar la atención del mundo al faltar al colegio unas semanas, imaginen lo que todos juntos podríamos lograr si lo quisiéramos”.

Y lo está consiguiendo. Nominada al Premio Nobel de la Paz, se ha convertido en el símbolo de una generación que exige acción. Sus huelgas, con el hashtag #FridaysForFuture, se extendieron primero por redes sociales y luego, el 15 de marzo, llegaron a más de mil ciudades de todo el mundo. Decenas de miles de estudiantes reclamaron la intervención urgente de sus gobiernos contra el calentamiento global.

Ese mismo día, Nueva Zelanda sufría el peor ataque terrorista de su historia moderna. La masacre de 50 personas en dos mezquitas de Christchurch llevó a que el mundo conozca a , su primera ministra. A sus 38 años mostró un manejo público firme pero empático; uno que ha guiado el duelo de toda una nación. Habló de la necesidad de eliminar el discurso de odio y la violencia en las redes sociales. Frente al Parlamento, su homenaje a las víctimas lo inició en árabe: “As-salaam-alaikum” (“Que la paz esté con ustedes”). Se ha negado a pronunciar el nombre del autor de la masacre y ha prohibido las armas semiautomáticas y de asalto.

Ya el año pasado Ardern fue noticia cuando se convirtió en la segunda mujer al frente de un gobierno que tomó licencia por maternidad –la primera fue la pakistaní Benazir Bhutto, en 1990– y llevó a su bebe a la cumbre de la Asamblea General de la ONU. Su pareja es quien trabaja desde casa y cuida a la bebe. Un mensaje de igualdad contundente.

Otro fenómeno interesante en estos días es . Con 29 años, es la congresista más joven de la historia estadounidense y la política más comentada en ese país después de . Más que propuestas puntuales aún –de su medioambiental Green New Deal parece que no saldrá nada concreto–, está sobresaliendo por sus intervenciones, que se viralizan por su claridad y firmeza. Basta ver su participación en una audiencia sobre financiación de campañas, donde explicó lo fácil que es para la corrupción y para las grandes empresas colarse en el financiamiento de los políticos y luego cobrar los favores aprovechando vacíos legales del sistema. El video supera los 40 millones de visualizaciones.

La revista “Time” la sitúa como la mejor oradora del partido desde Barack Obama y como la única demócrata con el poder para desafiar a Trump.

En tierras más cercanas, un joven político de 35 años logró unir a una oposición antichavista dividida y debilitada. Al respaldo internacional mayoritario como presidente encargado del que goza le ha seguido la vergonzosa inhabilitación del régimen de , algo que difícilmente lo sacará de la escena.

Y en nuestro país, una grata sorpresa viene siendo el alcalde de La Victoria, , cuyas acciones para combatir la informalidad vienen mostrando merecidos resultados.

Necesitamos más liderazgos con humanidad, integridad y compromiso encarnados por jóvenes. Cuando sintamos orfandad de líderes genuinos que logren dar forma al consenso, miremos estos casos. Y aspiremos a que sean la regla, no la excepción.