En esa voracidad inmediata por capturar votantes, las agrupaciones políticas en el Perú no han innovado estrategias para el 2016. Los cerebros de las campañas se siguen consagrando como fieles exponentes del ‘llevafacilismo’ repitiendo viejas fórmulas donde se impone el guiño a lo popular y el show. Si por un lado tenemos a Kenji Fujimori apagando la poca gracia que le quedaba al “Baile del caballo” (si aparecía Alan a la mitad de la coreografía quizá salvaba la performance), en la otra vereda han iniciado la recolección de nombres mediáticos para calentar las antenas de algunas candidaturas presidenciales. Es así que apareció ayer Roberto ‘Chorrillano’ Palacios como precandidato al Congreso por Alianza para el Progreso de César Acuña. En tiempos de tránsfugas, de reacomodos partidarios y de cero amor por la camiseta, es casi una fina coincidencia que el cervecero ‘Chorri’ se vaya a la Alianza.
Hemos tenido más ex deportistas en el Congreso que medallas olímpicas. Del equipo que estuvo en Seúl 88 solo le faltó postular a Man Boc Park porque es coreano. Los partidos políticos no han formado líderes en sus canteras y al comenzar la cuenta regresiva para armar listas congresales apuestan por los más queridos de la afición. Desde Gaby Pérez del Solar hasta Leyla Chihuán, en los últimos 20 años casi siempre hubo presencia de ex deportistas en el Congreso. Podrán tener buena voluntad, sin embargo con eso no alcanza para ser un real aporte. En estos últimos tiempos los únicos lazos entre política y deporte se resumen a fracasados intentos por procesar judicialmente a Manuel Burga y la cancelación del Dakar en el Perú. Nos quedamos por varios meses sin líder en el Instituto Peruano del Deporte, no comenzamos con las obras para los Juegos Panamericanos 2019 y terminamos cinco años más sin una auténtica política deportiva. Cuando se necesitaba más mano firme, algunas de nuestras queridas ex voleibolistas parecían haberse olvidado de cómo matar.
En Argentina las elecciones presidenciales reunieron a dos personajes llegados desde el deporte: el ex motonauta Daniel Scioli y el ex presidente de Boca Juniors Mauricio Macri. Algunos podrían hablar de una tendencia continental (Romario en Brasil), pero el ganador Macri al menos era la consecuencia de un viejo proyecto, no improvisó. No ejerció el paracaidismo político, tenía pista de aterrizaje para un vuelo que comenzó hace tiempo. Aquí estamos haciendo todo al revés: los candidatos primero miran encuestas, se preocupan por no sumar votos y después mandan llamar a un ídolo. Y allí estaba en la foto Palacios vestido con un terno blanco a lo Michael Jackson de los años 80. En el clóset quizá esté bien guardada esa camiseta roja con la arenga que tanto celebramos hace 15 años. Es bien difícil ser político aquí y decir a la vez: “te amo Perú”.