Partido Político Caótico. Eso es el PPC. En cualquier lugar del mundo los mejores cuadros engrandecen un partido, pero en el PPC se pelean y quedan mal parados en tiempos de elecciones. ¿Por qué extrañas razones no lavan sus trapos sucios en casa? No se entiende. Lo que sí es histórico es que por el ambiente enrarecido han sido varios los disidentes. Alberto Andrade se fue del PPC y fundó su propio partido. Pasó lo mismo con el empeño político de Salvador Heresi y Francis Allison quienes hartos de los grillos pepecistas prefirieron matar sus pulgas de manera independiente y dijeron adiós. La salida de Alex Kouri será motivo de las más tenebrosas leyendas urbanas, pero él asegura que todavía conversa con Luis Bedoya Reyes. A Lourdes no la puede ver ni en pintura, ella quiere olvidar que alguna vez lo conoció.
Es cierto. El club de ex pepecistas suele decir que fue Lourdes Flores Nano la gran culpable, que la pelea era con ella, que tenía argollas, que no había forma de que dejara el liderazgo y como solía perder las presidenciables le acusaban peor. Ántero Flores-Aráoz también se fue por su gran culpa.
Pero un día llegó el día ansiado por sus rivales y Lourdes dejó la presidencia del partido, Raúl Castro fue el sucesor. Hoy en el cuartel general dicen que ha sido él y no Lourdes el mayor divisionista. ¿Un ejemplo? Cuando el regidor Pablo Secada se disparó solo a los pies con sus denuncias de violencia sus sueños de alcalde se desvanecieron, pero llamó la atención que en plena agonía Castro y Rafael Santos, el actual alcalde de Pueblo Libre, se tomaran un ‘selfie’ celebratorio. No habían enterrado al muerto pero ya cantaban victoria porque se suponía que Santos era el candidato de Castro. ¿Lo era de Bedoya y de Lourdes? El mismo Santos habló de resentimientos cuando dijo que Lulú decía que lo quería como hijo pero que jamás su madre política le dio el pecho.
Con Secada fuera del partidor parecía que Santos era la única ficha al final del túnel, pero pronto surgió la figura del regidor Alberto Valenzuela quien en bulliciosa conferencia de prensa dijo que él sí podía ganar a Castañeda y que era él y solo él el candidato de la concordia. Nunca se vio la mueca de Castro, pero en menos de una semana Santos dijo que se quedaba en Pueblo Libre: que mejor sea Jaime Zea quien compita con Valenzuela, aclaró. Los pepecistas se quejan de sus derrotas, le echan la culpa al infortunio y al conteo de votos. Siempre hablan del casi. ¿Pero si no pueden ponerse de acuerdo y dar la imagen de unidad, cómo rayos pretenden inspirar a los electores? Quizá dentro de su propio caos, la peor tragedia de este partido sea que no tienen una ideología capaz de unir al rebaño. No hay pastor inspirador, no hay breviario, por eso el rebaño parece estar enfermo con tanta conspiración.