Editorial: Una raza copiada
Editorial: Una raza copiada

Por si su propuesta para controlar determinados precios de la economía y su ausencia del foro organizado por Proética para que los postulantes presidenciales presentaran sus iniciativas contra la corrupción no fuesen suficientes, el candidato de Alianza para el Progreso (APP) enfrenta ahora la acusación de haber plagiado partes significativas de la tesis con la que, en el año 2009, obtuvo el grado de doctor en Educación en la Universidad Complutense de Madrid.

Como es de público conocimiento, la antropóloga Sandra Rodríguez, el ingeniero agrónomo Luis Vélez y luego este mismo Diario han aportado importante evidencia de que la referida tesis contiene párrafos y hasta páginas completas copiadas literalmente de documentos de la Organización Mundial de la Salud y de otras publicaciones, sin que las citas se hayan hecho expresas o se haya indicado en términos generales las fuentes de donde los fragmentos fueron extraídos. Es decir, estamos ante el ‘secuestro’ de propiedad intelectual ajena con el propósito de obtener, ni más ni menos, que un reconocimiento relacionado con el orden de cosas que se está trasgrediendo: el que rige el mundo académico.

La Universidad Complutense se ha apresurado a anunciar que está iniciando una investigación para comprobar “si se produjo o no un fraude en la tesis”. Pero, en realidad, lo que diga solo podrá agravar la situación del señor Acuña, pues la contundencia de las pruebas ya presentadas es abrumadora. Y el hecho de que la cuestionada tesis haya sido retirada en las últimas horas del sitio web Scribd, donde el líder político la había colgado, no hace sino abonar la hipótesis sobre las prácticas indebidas que empañaron su elaboración.

Pero si bien la deshonestidad intelectual que supone un plagio es inaceptable en cualquier aspirante a la presidencia (de hecho, ya alguna vez en nuestro país, un candidato menor se vio obligado a abandonar sus afanes de alcanzar la jefatura de Estado a raíz de una acusación de este tipo), en este caso tendría que ser lapidaria, pues afecta los cimientos de aquello que el señor Acuña ha presentado como su mayor virtud para atraer alumnos a sus universidades y votantes a su opción electoral. 

“La educación es lo primero” rezan algunos de los paneles en los que su foto aparece, no se sabe muy bien si promocionando a la Universidad César Vallejo o su candidatura. Y son precisamente sus calidades de educador lo que este escándalo pone en cuestión. Porque una persona que trata de pasar por propias las reflexiones y análisis de otros, y de timar con ello a un jurado académico, está evidentemente incapacitada para formar a generaciones de estudiantes; o siquiera a uno de ellos.

Y si además esta pretendida condición de hombre volcado a la promoción de la instrucción como medio fundamental para la superación y el éxito es su principal activo electoral, ¿cómo queda su candidatura después de una revelación así? ¿Qué efecto puede tener sobre la gente que ha confiado en él y se ha sumado a su proyecto político, atraída por su trayectoria personal antes que por sus deshilachados planteamientos programáticos? ¿Qué pueden sentir los votantes que pudieran haber estado tentados a endosarle su apoyo frente a la constatación de que la imagen que les vendió estaba sostenida sobre un fraude?

De todo esto, sin duda, nos enteraremos en los días que siguen. Mientras tanto, el candidato, en una conferencia de prensa realizada ayer, rechazó las acusaciones sin explicar nada, a la espera de que la Universidad Complutense se pronuncie. Pero, a decir verdad, no hace falta esperar tanto tiempo para poder afirmar que este plagio socava todo ese discurso sobre ‘una raza distinta’ –que no se rinde, que se autoexige y no se concede permisos– de la que habla su propaganda educativo-proselitista.

La verdad es que lo que el candidato de APP ofrece es solo un poco más de la viveza, la improvisación, el engaño y la burla de las leyes que campean en tantas otras opciones políticas. Una raza copiada, en suma, de la que conforman muchos de sus actuales contendores y sus respectivos entornos.