En verdad, no tenemos palabras para explicarnos a qué extremos puede llevar el fanatismo de las sufragistas inglesas y de otros países, que no han dudado ni un solo instante en cometer toda clase de atentados. Para esas diabólicas mujeres, lo único que les interesa es conseguir el objetivo que se han propuesto. Hoy las sufragistas lograron colocar una bomba en la Abadía de Westminster, en Londres. La explosión causó averías al trono de la coronación y a los muros de la capilla pequeña donde este se hallaba. La indignación es general. Se piden sanciones.