1915: La guerra y la medicina
1915: La guerra y la medicina
Redacción EC

Lo más importante en el campo de batalla en la guerra europea es la desinfección de las heridas, pues si esto no se logra sobrevienen la gangrena, infecciones purulentas y el tétano, pereciendo la inmensa mayoría de los heridos. La guerra ha demostrado que el mejor modo de desinfectar heridas es empleando el yodo. Se ha comprobado que los vendajes simplemente asépticos son insuficientes. Igualmente el empleo de compresas impregnadas de sustancias antisépticas como el sublimado, acido fénico, etc., tampoco producen curaciones satisfactorias. Resulta, pues, que únicamente con el uso adecuado del yodo es posible conseguir la desinfección buscada. Esta verdad, que ya se presentía, ha quedado definitivamente comprobada en la actual guerra.