Evidentemente nuestra policía sufre de muchas carencias, pero también es cierto que hace todo lo posible por cumplir con su cometido. Hace falta una escuela de formación, mejores salarios y crear pensiones de retiro, y cesantía para esos servidores públicos, cosa que no es posible dada la mala situación económica por la que atravesamos. Mientras tanto, lo que necesita la policía de Lima para realizar un mejor servicio es contar con la estimación de los ciudadanos; hacer que desaparezca esa animosidad que se manifiesta continuamente cuando algún inspector no actúa con la celeridad o el acierto que debería. Hay que levantar el nivel moral de la institución y prestarle asesoría competente para que mejore su desempeño.