No hay quien ignore que el Perú ha perseguido incansablemente, durante un cuarto de siglo, el cumplimiento del Tratado de Ancón y que Chile ha eludido la realización del plebiscito ante el temor que le fuera adverso el voto de los regnícolas de Arica y Tacna, cuyo amor al Perú se ha mantenido ardiente y vivo. Moralmente el Perú tiene ganada la partida. Pide justicia, reclama un derecho, solicita que también en América la conquista y el imperialismo cedan el cetro a la libre voluntad de los pueblos que claman justicia.
H.L.M.