La intensa y angustiosa escasez de agua potable que sufre Lima plantea la urgente necesidad de buscar una solución al problema. No es posible resignarse a que pase el tiempo pues esta penuria será cada vez más agobiante. Lima necesita agua y tiene derecho a exigir que se le dé. El municipio y el gobierno, que ha tomado a su cargo el saneamiento de la ciudad, están en el deber de hacer lo humanamente posible para que la ciudad tenga la dotación de agua que necesita. Lima es una ciudad sin higiene.
H.L.M.