Para quienes contemplan los hechos con mirada tranquila y previsora, el año que hoy se inicia será de crisis y de expectativa. Tiempos difíciles se avecinan y en esto, como en otras muchas eventualidades de la existencia, el poder de atenuar los males probables, radica en la cordura de los hombres. Para el Perú, 1921 será duro. Por un lado la crisis financiera agobia y nuestras expectativas internacionales se nublan, imponiendo a quienes nos gobiernan tino y prudencia en grandes dosis. Hacen falta mucha ecuanimidad y honradez en lo nacional e internacional. H.L.M
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