En el académico Diccionario de americanismos (2010) esta locución peruana aparece tímidamente de este modo: “Se usa para indicar la similitud entre personas, cosas o situaciones”. Lo increíble es que este modismo peyorativo tiene todavía insólita vigencia, incluso en nuestro lenguaje periodístico, en estos tiempos de antirracismo mundial. Son variantes igualmente americanas la misma chola con distinto fustán (Perú) y la misma chola con distinta pollera (Bolivia).